“¿Quien... es?”

— Ha pasado un buen tiempo desde que te ví — de pronto la voz lleno sus oídos, un sombra frente a ella apareció de repente y entonces recordó quien era — ¿Me extrañaste princesa?

Ohh... eres el tipo que apareció en mi habitación un día de la nada...”

La pequeña negó de inmediato dejando asombrado al hombre que creyó imaginar el movimiento de cabeza de la niña, porque que clase de bebe podría responder una pregunta así. Aún era muy pequeña como para estar conciente de su propia existencia, es probable que haya sido una coincidencia, pero quería estar seguro de que así fuera.

— Me pregunto si realmente mereces mi tiempo — hablo mientras miraba fijamente a la bebé — Ella me pidió que te protegiera... pero no veo razón para hacerlo, no entiendo porque eligió tu vida por sobre la suya.

“¿De quién mierda hablas?... Wow me he hecho muy mal hablada desde que llegué aquí” .

— No entiendo porque Liza te escogió...

“¿Liza? ¿Quien es esa?” estaba segura de que ese nombre le parecía conocido, lo había escuchado antes en algún lugar y de tanto darle vueltas a la idea un foquito en su mente se encendió.

“El reflejo plateado que creaba la luna mostró la intensa y perfecta figura de alguien solitario, el emperador. Un hombre que tenía la mirada perdida en los cielos, bebía una copa de vino, todo en el era elegante y agradable a los ojos, pero esta escena solo causaba que cualquier dama que pasará por ahí tuviera deseos de consolar al guapo señor.

— Por fin estás solo — otra voz, gruesa y llena de rencor se hizo presente.

Una persona que salía de las grietas del espacio y tiempo observó con cuidado a aquel a quien odiaba.

— ¿De nuevo aquí? — contesto el emperador desinteresado.

— Así es, aunque puedo asegurarte que será la última vez que me verás — contesto acercándose. En sus manos brillo un objeto, que más que hermoso, era letal, sobretodo para alguien con la sangre Croix — Por fin conseguí la daga que asesino a la primera bruja y que ahora te asesinara a tí — una sonrisa torcida apareció en el bello rostro del visitante. Paso años buscando la daga del asesino y ahora cumpliría su venganza.

En sus manos había una gran cantidad de sangre, no era suya por supuesto. Tenía el corazón apretado pues estuvo presente en algo que pudo evitarse, pero lo más importante en ese momento era conseguir la daga, por lo que simplemente dejo que pasará.

Ellos eran viejos enemigos, hacía mucho que se conocían, habían peleado por la misma razón durante mucho tiempo.

El intruso apretó el arma en sus manos y agrego magia de luz para darle más poder y fuerza, está noche solo necesitaba un movimiento para que todo acabará.

— Te esforzaste por Liza — aseguro Kay — Pero eso solo te traerá la muerte.

Basto solo un segundo para que todo acabará.

Una espada de viento era empuñada por las manos reales del emperador, la sangre empezó a resbalar por la afilada hoja y con un movimiento el arma desapareció.

— No eres el único que quiere matarme — aseguro — Ahora puedes ir con esa perra, estoy seguro de que te está esperando del otro lado.

El destino de una princesaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن