Cap. 12. Final

14.1K 1.1K 1K
                                    

Con el bote nos habríamos paso entre el hermoso mar de flores blancas, me agaché fascinada y tomé una flor la acerqué a mi rostro y respiré su hermoso olor.

Edmund sonrió, la dulzura se notaba en sus ojos que destellaron al verme, note un as de mi inocencia reflejada en ellos. Acercó su mano y limpió el polen de las flores que quedó en mi nariz. En ese momento sentí una punzada de enorme cariño hacia el pecoso y sus simples gestos me hacía sonreír.

—Y que sentiste, cuando Aslan te trasformó en humano— le pregunta a su primo.

—Por más que lo intenté, no pude hacerlo solo. Luego él se acercó a mí, dolió un poco pero... fue un dolor bueno. Como cuando sacas una espina de tu pie. Ser dragón no fue tan malo. Supongo que fui mejor como dragón que como niño. Perdón por haber sido tan odioso.

—Tranquilo Eustace, fuiste un fantástico dragón.

Los demás le sonreímos, pongo una mano en su hombro en forma de apoyo.

—Amigos míos, hemos llegado.

Creí que no podía ver algo más hermoso e impresionante, hasta que vi esto. Las olas chocaban contra una especie de muro invisible, era hermoso ver como aquella ola enorme no podría nunca llegar a tocarnos.

Los seis caminamos hacia ella, embobados por su belleza.

—Aslan— asombrada vi a viejo amigo, aquel feroz león que nos había protegido del peligro una y otra vez. Nuestro fiel amigo que siempre estaba cuando lo necesitábamos.

—Bienvenidos hijos— su voz siempre será música para mis oídos —Lo han hecho bien. Estoy muy contento, han llegado muy lejos y ahora su viaje llega su fin.

—¿Ésta es tu nación?— Le pregunta Lucy.

—No. Mi nación nace más allá— gira su cabeza indicando las grandes olas.

—¿Mi padre está en tu nación?— miro a Caspian, sé que esto es lo que quiere. Ha llegado el momento de que todos tomemos caminos separados, es momento de seguir con nuestras vidas.

—Tendrás que averiguarlo por ti mismo, hijo mío— Noto en el ceño fruncido de ni hermano como se lo piensa —Pero te advierto que si continúas, no habrá marcha atrás.

No lo volvería a ver nunca más, jamás volvería a ver a mi hermano. Se me rompe el corazón de sólo pensarlo.

Decidido, sin mirar a nadie, camina hacia la gran ola. Pone una mano en ella y en el acto, el agua comienza a darle camino. Se queda viendo el agua y se da la vuelva con los ojos húmedos. ¿No lo hará? ¿O acaso es momento de despedirse?

—¿No entrarás?— le pregunta Edmund.

—Dudo que mi padre estuviera muy feliz si renuncio a lo que él murió protegiendo. Llevo años deseando lo que me fue arrebatado y no lo que recibí— me mira con dolor, con el dolor que solo los dos conocemos —Recibí un reino. Un pueblo —Después mira con la vista firme al magnifico león —Te prometo ser un mejor rey.

—Y ya lo eres — sonrío. El león se gira hacia nosotros —Niños.

—Creo que es momento de volver a casa, Lu— su hermano mayor dice lo inevitable, miro la cara pálida y entristecida de Lucy.

—Pensé que te gustaba estar aquí— le responde confundida la castaña.

—Así es. Pero también quiero mi hogar y a mi familia reunida. Nos necesitan.

El pesar de mis amigos fue interrumpido por los carraspeos de Reep, nuestro valiente amigo. Se acerca a Aslan y le muestra una reverencia inclinándose y quitándose su adorable pluma de la cabeza.

NARNIA «Edmund Pevensie»Where stories live. Discover now