Cap. 5

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"EL IMPROVISTO DE LA DISCREPANCIA" 

Ya teníamos tiempo caminando, Peter y Caspian hablaban sobre la guerra, Susan estaba callada como la mayor parte del tiempo, Lucy estaba a mi lado y Edmund no dejaba de verme cada vez que podía desde que Caspian llegó.

—¿Y bien? ¿Cómo son?— le pregunta el tejón a Q.A.

—Impertinentes. Quejumbrosos. Tercos como mulas en la mañana.

—Ah. Entonces te caen bien— le dice Nikabrik, el otro enano.

—Un poco.

Lucy y yo sonreímos. Obviamente los hermanos Pevensie se convirtieron en los magníficos reyes de las que todas las leyendas hablan.

Caspian nos había guiado hacia un buen escondite, sabía dónde estábamos, hace unos años me trajo aquí con la excusa de "un retiro para los problemas". La gran edificación era hermosa, las ruinas lo hacían un buen lugar.

Caminamos hasta ver la entrada. Los centauros se alinearon con sus espadas para darnos la gran entrada triunfal.

Nos paramos en frente de los centauros, levantaron sus espadas y luego las formaron como siempre lo han hecho. Estaba maravillada, estas son las aventuras en equipo que me causan tanto entusiasmo.

Caminé al lado de los Pevensie, los grandes reyes de antaño. Un padre levantó la espada de su hijo al estar lo suficiente baja para darle un golpe a Lucy. Esa fue una escena muy dulce.

Entramos y vi a todos preparándose para la guerra, no eran muchos narnianos y era de esperarse. Después de que los telmarinos nos obligaran a dispersarnos, he estado todos estos años reuniendo y protegiendo a estas criaturas de ser encontradas. Así que muchos de estos narnianos ya me conocen.

—Tal vez no sea lo que esperaban pero— les dijo Caspian al justo y al magnífico —Se pueden defender.

—Peter— lo llamó Susan desde unas rocas —Ven a ver esto.

Obviamente ese llamado a Peter, era un llamado a todos. Seguimos a Susan hasta la cueva. El mayor nos iluminaba con una antorcha.

Había dibujos de nosotros tallados en las rocas. Lucy y Susan montadas en Aslan. Los cinco tronos en Cair Paravel. Me detuve en una pintura donde Edmund y yo nos estamos tomando de las manos.

—Nosotros— susurra la mayor.

—¿En dónde estamos?

Caspian y yo nos miramos, yo tampoco había visto este lugar y a pesar de tener en mi mente un mapa detallado de cada rincón de Narnia... no sabía dónde estábamos.

—¿No lo reconocen?

Caspian tomó una antorcha y nos guío por la cueva, doblando pasillos a la izquierda y a la derecha hasta que por fin se detuvo.

Puso la antorcha y el fuego comenzó a iluminarnos. Representaciones de piedra de toda clase de criaturas significativas de Narnia. Mi asombró creció al ver en el centro un gran león. El gran león.

La mesa de piedra estaba ante nosotros. Dejándonos asombrados a todos. Nos acercamos a ella.

—Debe saber lo que hace— nos asegura Lucy.

—Creo que depende de nosotros— sentencia Peter poniendo punto final a la conversación.

Salí del lugar porque me sentía demasiado abrumada y sofocada. Le pedí a un fauno que estaba haciendo guardia que me la otorgara y gentilmente lo hizo. Peter había convocado a una reunión con todos en media hora.

NARNIA «Edmund Pevensie»Where stories live. Discover now