Cap. 7

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El ejército entero se arrodillo en forma de respeto y después ocurrió algo grandioso.

De una carpa que estaba a unos metros de nosotros, salió un majestuoso León, grande y fuerte. Un verdadero rey.

Igual que las tropas, nosotros nos pusimos de rodillas.

—Bienvenido Peter, hijo de Adán. Bienvenida Lucy, Thalia y Susan, hijas de Eva. Y bienvenidos castores, les agradezco, ¿Pero y le cuarto humano?

Nos pusimos de pie —A eso venimos señor— le dijo Peter —A solicitar su ayuda.

—Es que tuvimos problemas en el camino.

—Nuestro hermano fue capturado por la bruja blanca.

Los murmullos comenzaron —¿Capturado? ¿Cómo es que pasó?

Ninguno quería decir que las razones egoístas de Edmund pudieron más que su lealtad.

—El los traicionó majestad— le dijo el Castor, de nuevo hubo murmullos, pero esta vez más alto.

—Entonces nos traicionó a todos— dijo el centauro a lo que todo comenzaron a hablar.

—Basta, Oreius. Debe existir una explicación.

—Fue mi culpa señor— miré a Peter —Fui muy duro con él.

Susan puso una mano en el hombro de su hermano en forma de apoyo —Fuimos todos.

—Es nuestro hermano.

—Lo sé, pequeña. Pero eso solo empeora su traición. Salvarlo no será sencillo.

Los minutos pasaron rápido, todas las criaturas que estaban en este lugar nos hacían sentir como si estuviéramos en casa. Agradables, amistosos, gentiles, respetuosos, todos ellos eran tan buenos con nosotros que nos hacían sentir como si estuviéramos en casa. Me dieron un autendo y capa abrigo con los que me veía hermosa.

Ahora estaba en un lago con Susan y Lucy, disfrutábamos de la tranquilidad del lugar.

—Te pareces a mamá—escuché a Lucy.

—Mamá no ha tenido un vestido así desde antes de la guerra— le dice Susan perdida en su mundo.

—Vamos a llevarle varios ¡Todos igual de hermosos!— no pude evitar sonreír, la alegría que Lucy traía consigo es muy contagiosa.

—Si es que regresamos— mi gesto cambió inmediatamente. Quité el dije que traía en mi cuello y puse el anillo, haciendo una especie de collar. Así lo tendría siempre cuando lo necesitara.

—No me hagas mucho caso— se retracta Susan al ver la cara de tristeza en Lucy —Nos divertíamos antes ¿No es así?

—Sí. Pero te hiciste aburrida— le dice riendo Lucy, reí con ella.

—¿Oh eso crees?— la mayor mojó a Lucy, y esta última me lanzó a mí. Así que ahora estaba en una guerra de agua con las hermanas Pevensie.

Lo demás pasó demasiado rápido. Cuando Susan quitó una toalla para cercarnos, Maugrim y uno de sus lobos nos asustaron. Susan le lanzó la toalla como distracción mientras corría por su cuerno. Tomé la mano de Lucy y como pude subimos al árbol.

Susan tocó el cuerno para que alguien nos ayudara. Soltaba gritillos de miedo cada vez que el lobo casi tomaba a Susan del pie.

—¡Déjenlas!— nuestro caballero llegó al rescate con su espada en alto.

—¡Peter!— gritamos Susan y yo al mismo tiempo.

—Por favor— los lobos lo retaban —Ya pasamos por esto muchacho. Sabes que no tienes el valor necesario.

NARNIA «Edmund Pevensie»Where stories live. Discover now