Capitulo 38

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~16 DE SEPTIEMBRE~

DE MADRUGADA

Abrí los ojos de par en par en la oscuridad de la habitación cuando un ruido me había despertado. ¿Habia alguien en la planta baja? ¿Un ladrón? Imposible, ¿verdad? Moira se encargaba todas las noches antes de retirarse a activar la alarma...

-¡Ah! –Me pasé las manos por la cara frunciendo el ceño al reconocer esa voz.

Dawson.

Busqué mi bata de seda a juego con el pijama antes de salir dirección a la planta baja encontrándome con Dawson tirado en el suelo.

-¡Dawson!

-¡Hola, guapa! –Empezó a reír aún desde el suelo.

-¿Qué haces ahí? ¿Cómo llegaste? ¿Quién te trajo?

-Pues un coche, ¿no?

-Venga, vamos a la cama. –Me agaché para ayudarlo a levantar mientras que él seguía riendo. –Por Dios, apestas a alcohol.

-¡Vengo de una superfiesta! ¿Tú no?

-No, y cuando te dije que salieras con tus amigos, no me refería a que volvieras así a casa...

-¡Shh! Mi esposa tiene que estar durmiendo. –Rodé los ojos casi arrastrándolo a la habitación una vez que habíamos subido las escaleras a duras penas. –¿Por qué me traes a aquí?

-Ya es hora de dormir, Dawson. Y baja la voz, por favor. –Lo senté en el medio de la cama antes de que él se dejara caer sobre el colchón murmurando cosas inentendibles.

-Maldición, esta cama es súper cómoda. Tengo que comprarme una... –Rodé los ojos. –Oye, guapa...

-¿Qué? –Pregunté mientras que me agachaba para quitarle los zapatos.

-No deberías estar aquí... A mi bella esposa no le gustaría... –Rodé los ojos nuevamente quitándole los calcetines también mientras que él seguía hablando. –¿Sabias que estoy casado? Mi esposa en la mejor del mundo... Ella fue la que me convenció para que saliera, ¡pero a cambio me quedé sin sexo!

-Dawson... –Murmuré severamente aún desde el suelo.

-Pero ya me las cobraré... ¿Sabias que a parte de ser mi esposa, también es mi sobrina? –Mi cuerpo se paralizó al oír eso mientras que él reía falsamente. –Al principio me quedé un poco en estado de shock... Creo. ¡No todos los días te enteras que estás casado con tu propia sobrina y que te acuestas con ella! –Volvió a reír. –Pero es culpa de mi hermana... Se empeña en tener una hija a la que ni siquiera me presenta y después pasa lo que pasa. La odio, ¿sabes? Nunca ha aportado nada bueno en mi vida excepto a mi querida Sabrina... Que ella tampoco se lleva con mi hermana porque no la considera su madre y tiene toda la razón del mundo.

-Dejalo ya, Daw... –Murmuré incorporándome para verlo mirando hacia el techo de la habitación en sus trece.

-Se parece tanto a mi madre... Tienen el mismo color de pelo y... A veces me es imposible no dejar de mirarla y admirarla por su belleza. Mi madre era muy guapa, pero Sabrina lo es más. ¿No te parece que tiene nombre de bruja? Sabrina... –Rió de su propia broma contagiandome una sonrisa mientras que me dirigía ahora a la hebilla de su cinturón. –Oye, oye, guapa... Eso está prohibido. Te acabas de parecer a Zaphiro...

-¿Qué? –Se me escapó haciendo que el cuerpo se me tensara por completo. ¿Acababa de insinuar que Zaphiro quiso desvestirlo? –¿De qué hablas, Dawson? ¿Zaphiro se te insinuó?

Lazos De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora