~2 DE NOVIEMBRE~
-Buenos días...
-Buenos... –Sentí sus labios sobre los míos haciendome sonreír.
–Días...-¿Cómo has dormido?
-Fenomenal. –Murmuré llevando mis manos a su rostro para acariciarlo. –La mejor noche de mi vida, créeme...
-Mmm... –Dawson volvió a unir nuestros labios en lo que al principio fue un simple beso de buenos días y que pronto se convirtió en uno tórrido y salvaje transportandome a la noche anterior.
FLASHBACK
Dawson me había traído a cenar al restaurante al que me había llevado en nuestra primera cita. Sí, aquel al que le había dicho que no me llevara hasta que no pudiera beber alcohol nuevamente.
-¿Sabes qué? Ésta cena hay que volver a repetirla cuando deje de amamantar a Joy. –Dije riendo ante la cara de pena fingida que puso.
A pesar de que no volvería a darle el pecho a Joy hasta el día siguiente pudiendo beber alcohol moderadamente, prefería no hacerlo. No me sentía cómoda pensando que eso pudiera afectar en algo a la leche materna...
-Sí, me disculpé por aquel entonces y lo vuelvo a hacer ahora, lo siento. –Ambos reímos recordando seguramente la primera vez que estuvimos aquí.
Ya habíamos cenado y hablado lo que no estaba escrito, pero a pesar de eso, aún seguíamos sentados en la terraza del restaurante cómodamente.
De pronto, sentí la mano de Dawson posarse sobre mi muslo como anteriormente había hecho en el coche.
-¿Daw?
-¿Mmm...?
-¿A qué juegas?
-Shh... Déjate llevar. –Susurró subiendo la mano hasta el borde de mi vestido corto haciendome temblar. Madre mía, como siga por ahí...
-P-pueden vernos...
-Nadie nos presta atención.
–Sonrió de lado pegando aún más su silla a la mía como el que no quería la cosa. –¿O quiéres que pare?-¡No! –Dije excitada por la sensación que sus dedos atrevidos dejaban a su paso hacia aquella parte sensible de mi cuerpo.
Cerciorándome de que nadie nos miraba y dando gracias a que el mantel de la mesa fuera lo suficientemente largo para que no se notara nada, me dejé llevar mordiéndome el labio inferior y cerrando incluso los ojos cuando Dawson me acarició por encima de la tela de las braguitas.
-¿Por qué no nos vamos al hotel ya?
-E-espera... –Dije queriendo seguir sintiendo aquella sensación que hacia mucho tiempo no había vuelto a sentir tras la presión de sus dedos. –Voy a volverme loca de...
-Nos vamos. Ahora. –Dijo apartando la mano rápidamente para llamar al camarero y pedir la cuenta antes de pagar e irnos.
FIN DEL FLASHBACK
.
-¿Quiéres desayunar algo? El servicio de habitaciones nos trajo el desayuno hace poco.
YOU ARE READING
Lazos De Sangre
General FictionLa vida de Sabrina Hamilton era tan normal como la de cualquier otra persona. A sus veinticinco años, aún se encontraba buscando trabajo en cualquier empresa, le daba igual el puesto que fuera mientras que cobrara un sueldo para poder mantener el pe...