Lazos De Sangre

Capitulo 18

~23 DE JUNIO~

Me removí en la cama confundida mientras que escuchaba el sonido del agua caer. ¿Estaba lloviendo?

Antes de abrir los ojos, me pasé la mano por la cara notando la claridad que había en la habitación. Eso era lo malo de tener ventanales, por muy oscuros que fueran, la claridad debía entrar para iluminar la estancia.

Acomodándome mejor de lado con la cabeza sobre la almohada, me percaté que aquel sonido de agua que escuchaba no era de lluvia, sino del agua que caía de la ducha.

-Mmm... Ésto si que son unos buenos días... –Murmuré mirando sin tapujos a Dawson a través de aquel cristal. Instantáneamente, las imágenes de la noche anterior de nosotros juntos habían aparecido en mi cabeza.

Me había tratado tan bien. Nunca antes me había sentido tratada con tanta elegancia y ternura a la hora del sexo, quizás Dawson solo se había comportado así por mi estado, pero había estado genial a pesar de mi abultado vientre.

Seguí observando a mi recién marido desde la cama mientras que él seguía bajo el agua totalmente ajeno a mi mirada. Tenía un cuerpo de infarto y quien dijera lo contrario, estaba mintiendo. 

-Uff... Qué calor. –Volví a murmurar incorporándome dejando la sábana con la que me tapaba sobre la cama. ¿Y si...?

Sin pensarlo dos veces, me puse de pie para dirigirme hacia el baño en busca de su compañía.

-¿Me haces un hueco?

-¡Sabri! No sabía que ya estabas despierta. –Acepté la mano que me ofrecía sonriendo antes de que me acercara a él para juntar nuestros labios.
–¿Cómo dormiste?

-Genial, gracias. –Me metí bajo el agua sintiendo el calor de ésta antes de que Dawson se pusiera a mi espalda para enjabonarme el pelo. –¿Y tú?

-Muy bien, también. ¿Y cómo te sientes? ¿Te duele algo o...

-No, tranquilo, Daw. Lo único que me duele es la espalda, pero sabes que eso no es novedad. –Murmuré de manera afirmativa mientras que sentía sus manos masajear mi cabeza.
–Si empezamos así la mañana, no creo que salgamos de esta habitación en todo el día...

-¿La mañana? Son casi las cinco de la tarde ya, cariño.

-¿Qué? –Me dí la vuelta para mirarlo totalmente perpleja.
–¿Las cinco de la tarde?

-Sí, teniendo en cuenta la hora a la que llegamos y lo que hicimos después... –Sonrió haciendo mis mejillas sonrojar.
–Nos dormimos casi al amanecer.

-Sí, pero no pensé que fuera tan tarde ya. ¡Me he perdido unas cuantas comidas!

-No te preocupes por eso.
–Dawson rió. –Ya le había pedido a la encargada de la casa que nos preparara algo, estaba esperando terminar de bañarme para ir a despertarte.

-Mmm... Tenías que haberlo hecho antes. Además, ¿dijiste la encargada de la casa?

-Sí, ella y su marido se encargan del mantenimiento y quehaceres de la casa.

-¿Ah, si? Pensé que solo estaríamos nosotros aquí...

-Y lo estaremos. Ellos solo estarán hasta el mediodía y luego volverán a la hora de la cena. –Asentí encogiéndome de hombros antes de que ambos termináramos de ducharnos para vestirnos e ir a comer algo.