Le gruño he intento dar un paso hacia él, pero un dolor punzante en mi pata me lo impide, no me permito mirar si está demasiado mal, solo evito que esta toque el suelo y me lanzo, nuevamente, sobre el rubio, que no me ve venir y acabo por rasgar parte de su hocico quiero seguir clavando mis garras en su cuerpo, pero escucho varios gritos, Lisa y Rosé están junto a IU, no hacen nada, ninguna de las tres y temo que hayan usado la voz de alfa con ellas para que no hagan nada.

Escucho, a mi espalda, un fuerte grito de TaeHyung y cuando miro en su dirección, veo al alfa más oscuro aplastando su pecho con fuerza.

—Menudo Alfa tiene esta manada... — le escucho burlarse y la ira me consume, mi pata deja de doler, deja de palpitar, dejo de sentirme sucia por llevar mi sangre manchando mi pelaje. —Eres débil Alfa, muy débil... — aprieta más la presión y vuelvo a escuchar gritar a mi amigo.

Quiero darme media vuelta y correr en su ayuda, también en la ayuda de las chicas, pero el lobo al que, hace un segundo, estaba rasguñando me ataca y acaba sobre mí, olisquea mi cuello y le escucho gruñir en disconformidad, pero no dice nada, muerde mi cuello, noto la sangre correr y el pánico me domina.

Mi loba está asustada, quiere huir, pero ni ella ni yo podemos hacerlo, soy consciente de la zona que el alfa está mordiendo y soy consciente de que si aprieta un poco más quedaré marcada como su propiedad, soy consciente de que no puedo hacer nada y eso me enfurece.

Yo solo quería ayudar a la omega del imbécil de JungKook y ahora... ahora estamos todos en peligro, TaeHyung, Lisa, Rosé... quiero llorar, nada de esto es justo, ni lo entiendo, en un primer lugar. ¿Porqué vine corriendo? ¿Porqué mi loba se puso de esa manera antes de venir aquí?

Comienzo a marearme y siento como, de nuevo, todo va a cámara lenta; escucho el crujir de los huesos de mi amigo, los sollozos de mis amigas, los sollozos y súplicas de IU y no soy capaz de soportarlo más, le dejo el control completo y total a mi loba, sintiendo como desmayo dentro de ella, como mi cuerpo se hace una completa bolita pequeña, tal y como cuando era niña.

Los recuerdos me invaden, la oscuridad, lo sola que me sentía a pesar de siempre tener a alguien a mi lado, de tener a mi familia a mi lado.

Veo esa pequeña lobita de pelaje blanco y ojos grises verse en ese lago, ver su reflejo y mirar lo diferente que era, las lágrimitas que caen de sus delicados ojos, mezclándose con el agua.

Miro como su padre llega detrás de ella y le da un golpecito en su cabecita, no queriendo verla llorar, ver llorar a su nena pequeña, veo como seguidosu madre llegaba y se colocaba a su otro lado, lamiendo sus orejitas, como su hermano mayor se acerca detrás de ella y aplastaba su cabezita con la suya en un intento de acaricia, algo rústica y como su hermanito menor se oculta entre sus patitas blancas buscando de sus suaves caricias.

Escuchando como su familia envolvía a la lobita en un abrazo fraternal y le decían »No eres fea ni diferente, eres única y especial«

Siento como mi corazón bombea más sangre, está última, como si estuviera hirviendo de lo caliente que se siente, lloro y mi loba gimotea sintiendo igual mi dolor y tristeza, los recuerdos en parte duelen, quiero a mi familia.

Aúllo, tal vez demasiado alto, porque el que hace segundos intentaba marcarme se aleja unos centímetros y de repente, escucho el crujir del suelo, el movimiento de las hojas, las ramas se rompen y caen cerca de las chicas, golpeando en la nuca al lobo con el pelaje más claro.

Todos miran en esa dirección y yo gruño al ver la posibilidad de librarme del alfa, pero no me es posible, no consigo alcanzar ni su pata ni su cuello con mis colmillos.

Una rama, después otra y otra y otra... las ramas ya no caen, se deforman y rodean al que ha sido golpeado en la nuca, lo eleva en el aire y me sorprendo, eso no es normal, me aseguro a mí misma, pero yo ya no controlo nada más que mis propios pensamientos, solo soy capaz de ver todo abrazando mis rodillas completamente asustada.

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