40

1.5K 258 58
                                    

Doce de la noche, se había ido a la habitación hace dos horas intentando dormir; sin embargo era imposible, su pecho le presionaba en una culpabilidad increíble si ignoraba lo que le sucedía al peli negro.

Se destapó y se levantó, fue al comedor teniendo la sorpresa de que no había nadie, no se sentía ni un alma dentro de aquella oscuridad. Se llevó la mano al mentón, pese no lo viera, no se sentía más tranquilo, era posible que el adverso se hubiese ido a la habitación a seguir en su depresión.

Debía ir a su cuarto, una fuerza extraña le movía a hacer cosas que jamás imaginó hacer. Reaper realmente le estaba preocupando, sabía cuánto le gustaba aquella chica y que de un momento a otro le rechazara era nefasto. Necesitaba saber las razones.

Tocó la puerta de la habitación ajena, pocas veces había entrado a ese lugar, solo para ordenar cuando tenía oportunidad. Pudo abrir la puerta al ver la luz encendiéndose, Reaper estaba sentado en la silla del escritorio que poseía.

— ¿Qué pasa? —Dijo Reaper como si nada, como si fuera normal estar despierto a esa hora con la luz apagada.

— Yo quisiera preguntar eso. —Contestó Geno, intentando ser firme. El contrario giró la silla para darle la espalda, suspirando.

— Vuelve a dormir. Mañana tienes que trabajar.

— Pero no puedo dormir si estás así.

— No te preoc

— Me voy a preocupar, no puedo entender lo que sucedió contigo y ella, y me molesta que aunque yo sepa que estás mal te hagas el indiferente. —Interrumpió, dándole la vuelta a la silla para que le mirara— Reaper, por favor... Tú me has escuchado, yo también puedo escucharte...

Era primera vez que expresaba tanta preocupación por él, siempre se mantenía alejado y no decía lo que pensaba. Llevaba más de un año conociéndolo, diez meses viviendo en la misma casa. Aunque no quisiera, le iba a agarrar cariño.

Reaper se le quedó mirando por un momento, parecía titubear pues abrió ligeramente los labios, solo salió un vago suspiro.

— ¿De verdad me vas a escuchar?

Geno asintió.

— Sí.

El pelinegro tomó el brazo con el que Geno había girado la silla para que pudiera dejarle levantarse. Al estar de pie, se sentó ahora en su propia cama, se abrió un poco de piernas apoyando los antebrazos ahí, juntando sus propias manos. El albino se mantuvo de pie.

— Como te dije... Brid me rechazó.

— ¿Cuándo te declaraste?

— Lo hice... El día que fuiste donde tu hermano. —Eso sorprendió a Geno, fue hace aproximadamente una semana aquel suceso, por lo que Reaper llevaba varios días deprimido, tuvo que haberlo imaginado por las llamadas que le hizo. Se debió sentir solo, esa misma soledad que más de una vez Geno sintió— De igual manera, no la puedo culpar.

— Explícame eso... Si parecía que iban bien...

— Eso mismo pensábamos pero... —Parecía dudar— Le conté la verdad sobre tú y yo. Le conté que nosotros estábamos casados debido a que mi padre así lo quiso, fui honesto porque no quería mentirle a Brid, y ella reaccionó muy cariñosamente... Dijo que me quería... Pero no sería lo correcto tener una relación porque mi padre puede enterarse y podía perjudicarme. Por lo que pidió que nos distanciáramos hasta que pueda divorciarme.

Fue un golpe duro, al final la culpa era el lazo que tanto los hacía sufrir. Qué mal se sentía, quizás si hubiese insistido en no casarse con Reaper, él hubiese conocido a Brid y podría tener una vida mejor. Era difícil que ambos pudieran seguir queriéndose por cuatro años si no podían juntarse como quisieran, el pelinegro estaría consciente de eso y por ello le dolía más.

— ¿La querías mucho...? —Preguntó el albino, Reaper le miró varios segundos hasta que bajó otra vez la cabeza, sonriendo roto.

— Demasiado...

Apretó los labios, Reaper estaba sufriendo mucho. Se acercó dudoso y le abrazó, siendo correspondido a los segundos de una forma desesperada. Pasó poco para que el mayor llorase en su pecho.

Geno no hizo más que acariciar su espalda, susurrando un "lo siento".

Gimme love ¦ AfterdeathWhere stories live. Discover now