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Cinco meses, estaban en otra cita obligada. Seguían con eso pues se les había sido algo rutinario y no lo veían malo si no se mencionaba nada relacionado a su matrimonio.

Habían decidido ir al centro comercial para comprar algunas cosas, tenían su pago en sus tarjetas y eran más que felices comprando. A la vuelta Reaper manejó hasta la casa mientras Geno iba en el copiloto, se había hecho tarde.

— Hoy la pasé bien. —Habló Reaper, no sabía qué cara hacía pues todavía seguía fijo en la ventana— Gracias por acompañarme a las tiendas que yo quería.

— Nunca hace mal vitrinear...

— Heh, sí, terminaste comprando cositas de las tiendas donde voy, qué bueno que tenía descuento con mi membresía.

— Cosas buenas de ser hijo de ese hombre. —Respondió, bajo.

No era nuevo mencionar el desagrado que le tenía a su supuesto suegro, tenía el poder suficiente para hacer un matrimonio pseudo-arreglado y que su hijo fuese un mimado. Pero Reaper era un idiota que no se dejó influenciar, era un infantil, sí, pero tenía los pies en la tierra.

No escuchó nada de Reaper hasta que llegaron, él tenía también un resentimiento por su padre pero desde siempre detestaba hablar sobre eso.

Al estacionarse, Geno se acarició la cabeza, eran muchas cosas las que debían subir.

— Será mejor que busque el carrito...

— Soy más fuerte de lo que crees, Geno.

Su tono fue entre animado y apagado, se notaba que quería mantenerse como siempre cuando por las palabras del albino lo habían vuelto a desanimar. Reaper tomó las bolsas y las levantó, parecía ser que sí podía llevarlas hasta el ascensor.

Pero aunque todo se veía bien, muchas de las bolsas de papel se rompieron.

Geno tuvo que buscar el carro de todos modos. En casa le sirvió un café a Reaper para que dejase de hacer poses dramáticas ante su humillación pública.

Gimme love ¦ AfterdeathTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang