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Se removió en su cama, tenía los párpados pesados pero no podía conciliar el sueño. Había peleado con Reaper hace solo unas horas y desde ese momento no había salido de su habitación.

Se sentó en la cama, abrazándose esperando que eso fuese suficiente para conciliarse y soltó un resoplido.

Estaba arrepentido de haberse comportado así, Reaper llegó tarde pero fue por buenas intenciones. Y que después él viniera y rechazase su regalo y dejarlo allí... Gruñó desesperado.

Reaper fue siempre bueno con él incluso cuando todavía no se casaban, era encantador y amable, siempre dispuesto a ayudar cuando se necesitase. Podía ser un tonto e infantil cuando realizaba algunas actividades pero no era grosero. Él era quien cortaba esas sonrisas con su fría actitud, era el único que se rehusaba aceptar su realidad y hacer la convivencia menos pesada.

Eran esposos, pero no tenían que actuar de ese modo, podían ignorar que tenían ese lazo y empezar como conocidos que podían ser amigos, no por estar casados estaban obligados a llegar a más.

Quizás esa solución ya la había captado Reaper y desde hace tiempo trataba de llevarla a cabo, Geno fue quien arruinó todo.

Con ello se sintió más culpable, lo mejor era tomar pastillas para dormir para acabar con su sufrimiento mental.

Se levantó entonces tomando las pastillas con tal de ir a la cocina a buscar agua, no obstante su viaje llegó a la mitad cuando, con las luces apagadas, vio la silueta de Reaper sentado en el sofá. Evitó demostrar el estupor de haberlo encontrado ahí a las dos de la mañana.

— Pensé que dormías. —Dijo Reaper. Geno se quedó en la entrada de su habitación, tomando el pomo sintiendo su corazón latir con fuerza, estaba nervioso, no tenía todavía las palabras indicadas para expresar lo mal que se sentía por haber sido un tarado por tanto tiempo.

Seguro el más lastimado era Reaper.

—...Es que...

— Está bien. Tampoco podía dormir.

El pelinegro se estiró para prender la lámpara a su lado, allí ambos se quedaron mirando, hasta que Geno tomó aire, entrecortado.

— Reaper. —Habló por fin, sin mirarle directamente— Yo... De verdad lamento haberme comportado así.

— Descuida, me lo merecí—

— No solo por eso. —Bajó la cabeza— Me he comportado como un idiota desde que nos casamos, siempre me puse esquivo contigo porque nunca me agradó que mi vida se redujera a esto, eché toda mi frustración en ti cuando tú también fuiste obligado por tu propio padre. —Tomó aire— Fui egoísta pensando únicamente en mí, lamento haber hecho estos meses tan terribles... Es toda mi c-culpa...

Se sintió débil, idiota por empezar a sollozar ahí mismo. No tardó en sentir los brazos en su cuerpo siendo la gota que colapsó el vaso, lloró tapándose la cara. No estaba feliz por sus decisiones, pero no podía odiar a alguien tan bueno como Reaper.

Reaper no habló mucho pues una vez Geno dejó de llorar, las pastillas que se las había tomado antes de salir de la habitación habían hecho efecto. No supo nada más. 

Gimme love ¦ AfterdeathWhere stories live. Discover now