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Geno tomaba algo de café mientras veía las noticias, eran las nueve y media de la noche y solo deseaba que sucediera algo interesante antes de apagar la televisión. En eso, Reaper salió de su habitación y se sentó al lado del albino.

Sintió la mirada del pelinegro en él por más de tres minutos, eso quería decir que quería decir algo.

- ¿Qué quieres? -Preguntó sin despegar la vista de la televisión, no prestaba atención a lo que decían los tipos de ahí, solo leía las letras pequeñas donde decían noticias mucho más interesantes que la vida privada de un famoso.

- Mira lo que hice. Tienes que verlo.

Parpadeó por un momento y suspiró, no había de otra. Giró el rostro para ver al mayor, tenía esa cara simple, aniñada pero masculina; y en sus manos había una rosa de papel. Estaba bonita.

- ¿Y eso?

- Lo hice yo.

- ¿Desde cuándo te gustan los origamis?

Se sentó mejor entretanto Reaper le pasaba su creación. Se notaba que tenía dobleces demás, hubo mucho esfuerzo.

- Te he contado de Brid, ella me pasó un tutorial y me entró las ganas de intentarlo. Ella es muy buena en manualidades.

- ¿Y le darás esto a ella?

- Nop, te la doy a ti.

- ¿Eh? -Esa no es la esperó, alzó una ceja y miró sin comprender al pelinegro. Solo eran iluminados por la televisión- ¿Por qué?

- Porque sí.

- ¿Qué pasa si la boto?

- ¿¡Harás eso!?

- Puede.

- Qué cruel.

Reaper se llevó la mano al pecho, a veces era un sentimental pero no le podía decir nada pues era él quien le provocaba esos arrebatos infantiles. Volvió a mirar la rosa, no podía botarla, era muy linda y el adverso lo había hecho con mucho esfuerzo.

- No lo botaré, descuida. -Terminó por decir.

- Estaré revisando laspapeleras por si acaso.

Gimme love ¦ AfterdeathWhere stories live. Discover now