Capítulo 18

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Jimin intentaba concentrarse en la película que se reproducía en el gran televisor, lamentablemente era cada vez más difícil cuando sus ojos se cerraban casi por voluntad propia.

La trama de aquel triller parecía buena, no obstante, el cansancio en su cuerpo era mayor para poder soportarlo. Sobre todo porque no había estado durmiendo bien debido a la carga de trabajo. Si alguien alguna vez dijo que ser el jefe de tu propia empresa era fácil, estaba demasiado equivocado...

Lo hago por SeokJin. Se repitió una vez más.

Con el paso de los meses, su relación parecía ir mejorando poco a poco. Implícitamente el menor se acercaba a él; cosas tan cotidianas como ver la televisión todas las noches, el que SeokJin lo esperara a la hora de la comida, o incluso los pequeños asentimientos que le daba como despedida cada que ambos iban a dormir, en conjunto, comenzaban a formar parte de su día a día.

Aun si el chico todavía le hablaba groseramente, Jimin lo toleraba y, sólo a veces, le daba algún llamado de atención cuando SeokJin parecía comportarse realmente insolente. Eso último parecía tener una extraña eficacia.

Aunque, por mucho o poco que hubiera avanzado la buena convivencia entre ambos, Jimin no se sentía lo suficientemente facultado para intentar "educar" el comportamiento de SeokJin. Ya que sabía, requería de la suficiente comodidad de Jin a su alrededor para que él pudiera tomarse aquella libertad.

Se recordó, aún no era adecuado, pues el castaño todavía no confiaba lo suficientemente en él como para siquiera revelar la verdad tras su terror nocturno. 

Fuera de ello, Jimin estaba agradecido de que al menos Jin hiciera un intento para que ambos se llevaran bien. La razón del porqué Park también intentaba dar todo de sí y cooperar para que este se sintiera cómodo a su alrededor y fuera más fácil para él confiar. Si, quizás estaba siendo un proceso lento, no obstante, Jimin entendía el porqué.

Y no había que ser un genio para hacerlo, por ello, justificaba el mal comportamiento de Jin.

Incluso Taehyung se lo había dicho. Necesitaba de toda la tolerancia y paciencia que poseía, para convivir con Jin. Implícitamente, Jimin lo había aceptado cuando decidió ayudarlo, ahora, era su responsabilidad mantener esa promesa.





[...]

SeokJin observaba con asombro las imágenes en el gran televisor. Justo ahora se daba cuenta de lo mucho que le gustaban las películas de acción y super héroes. Sobre todo si de las últimas se trataba.

Jamás habría imaginado la inclinación hacia ciertas cosas, como las películas, algún deporte o una comida.

Su difícil vida jamás le permitió tal cosa, pues su única preocupación siempre había sido intentar no morir.

Sin embargo, todo parecía nuevo y diferente si de Park Jimin se trataba. Porque el peliplata le ponía a disposición tantas cosas por hacer. Descubrir su gusto por las películas había sido una de ellas; pero también, darse cuenta de que odiaba esos pequeños arbolitos verdes que el mayor le hacía comer, porque según él, eran "sanos"; pero a su vez, que amaba los fideos, toda clase de fideos.

SeokJin sentía que poco a poco su relación con Jimin mejoraba. Aunque claro, no lo suficiente para confiar plenamente en él, todavía a la defensiva cuando estaba a su alrededor; porque SeokJin había aprendido a la mala, que no debía creer en las personas "buenas", pues incluso, ellas resultaban ser las peores. Y aun si el peliplata le demostraba que no era de esa forma, todavía era difícil para Jin.

De cualquier manera, continuaba intentando ser lo menos insolente con el mayor, porque en el fondo, a SeokJin ya le agradaba Park Jimin, algo que por supuesto jamás admitiría; o el aceptar cuán agradecido estaba con él, porque cada noche lo sostenía cuando sus demonios salían para atormentarlo.

SeokJin tenía un orgullo que mantener, por ello era más fácil demostrar con pequeñas acciones, que no lo odiaba del todo y que valoraba su apoyo. Aunque en ocasiones todavía fuera un grosero y bocazas.

Sin embargo, seguía intentaba duro, puesto que lo prefería, a recibir los llamados de atención del peliplata. Porque entonces, ello sólo empeoraba su estado de ánimo, y tan orgulloso como lo era nunca admitiría sus errores; a consecuencia, se perdía las tardes de películas o cena junto a Jimin.

—¡Woah! —Casi gritó, cuando la escena llena de ficción y fantasía le sorprendió con sus efectos especiales. Sin embargo, de inmediato miró a Jimin, esperando que este no le dijera nada por haber gritado.

No fue el caso cuando lo observó. El mayor dormitaba con sus ojos casi cerrados. Se dio cuenta lo mucho que le costaba mantenerlos abiertos.

SeokJin no pudo evitar que una pequeña sonrisa tirara de sus labios. La verdad, era que agradecía los intentos de Jimin por pasar tiempo agradable a su lado y así reforzar el pequeño vínculo que poco a poco construían. Porque incluso si este se encontraba cansado, siempre ponía una respuesta positiva a sus peticiones.

[...]

Por fin la película llegó a su fin. Jimin terminó por abrir completamente los ojos, mientras estiraba sus cansados músculos y movía su adolorido cuello por la incomoda posición en la que había permanecido.

Bostezó, antes de voltear hacia Jin. —Por hoy iré a... —Ni siquiera pudo terminar su frase.

Se encontró con la imagen de un tierno castaño ya dormido; su cabeza casi recargada contra él, y de las comisuras de sus rechonchos labios, un pequeño hilito de saliva que corría hacia su barbilla.

Negando con una sonrisa en su rostro, rio bajo antes de ponerse de pie. Con cuidado, lo tomó entre sus brazos, siendo tan cuidadoso como podía para no despertarlo.

Jimin estaba consciente, la razón tras los constantes desvelos de Jin, porque sabía que este prefería no dormir antes hacerlo y lidiar con las pesadillas.

Subió las escaleras, caminado por el pasillo hacia la habitación de Jin. Cuando entró en ella, con el mismo cuidado que al cargarlo lo dejó en el suave colchón; lo despojó de sus zapatos e incomoda vestimenta para arroparlo con la pijama, antes de finalmente taparlo con las suaves mantas.

Por un momento, no pudo evitar observarlo. Sintiéndose casi tranquilo de que el menor pudiera descansar un poco.

Paseó las yemas de sus dedos por el relajado ceño de Jin, que Jimin creía, pasaba demasiado tiempo fruncido.

Sus pequeñas caricias ascendieron hasta los castaños cabellos de SeokJin. —Creo que pronto necesitarás un corte de cabello. —Susurró, alejando de sus ojos, los largos mechones que casi llegaba a sus orejas.

Finalmente se alejó, saliendo silenciosamente de la habitación para dirigirse a la suya.

Rápidamente se preparo para por fin poder recostarse; llevó uno de sus brazos bajo su nuca, como cada noche, sin poder evitar pensar en el temeroso chico que dormía frente a su habitación. Preguntas sin respuesta que carcomían su mente ¿quién era realmente Kim SeokJin? ¿Tenía familia? Y su alguna vez la tuvo ¿dónde estaban ellos ahora? ¿Qué había sido de su vida para que ahora sufriera tanto?...

Frunció el ceño, aunque para Jimin  lo más fácil sería simplemente ir e investigar todo eso sobre SeokJin, no deseaba hacerlo, sabía, que si en el pasado no lo había hecho, mucho menos ahora; era casi como si traicionara el pequeño vínculo afectivo que ya habían desarrollado él y Jin.

Porque entonces, incluso si lo hiciera, no obtendría más que datos básicos como, dónde vivió, sus antecedentes familiares, si alguna vez estudió...

Datos irrelevantes que no le daban una pista clara para poder ayudarlo. Ya que lo que Jimin realmente necesitaba, era exactamente, saber quién había sido la persona o personas, que tanto daño le habían hecho al castaño.

Con ese último pensamiento finalmente se acomodó, antes de caer profundamente dormido.

Pero eventualmente, no supo cuánto tiempo pasó desde que había cerrado los ojos, cuando fuertes gritos asustados lo despertaron de golpe, como cada noche...

Undisciplined [MinJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora