Capítulo 28

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Nota: Quiero aclarar algo, SeokJin no es un niño en esta historia, es lo suficientememte mayor para consentir lo que suceda, sin embargo, la forma en que Jimin lo hace ver es porque todavía hay una diferencia entre las edades de ambos. Para que posteriormente no haya problemas sobre ciertos temas delicados. Sin más, disfruten el capítulo, espero que el pequeño maraton de tres capítulos les haya gustado.






CAOS




“Por favor ya no me intoxiques, porque cada vez se vuelve más difícil de detener, me vuelvo más adicto a ti.
Tus miradas, tus gestos y todo eso, hacen que cualquier persona se vuelva loca, yo, no soy la excepción...”
“¿En que momento todo se salió de control?”








[...]

Avanzó con pasos firmes, ya estaba fuera de si, por lo que no pudo importarle pensar en las consecuencias, antes de tomar a un desprevenido SeokJin por el cuello, y estampar sus labios en los contrarios.

El sorpresivo ataque hizo tensar el cuerpo del menor, quien quiso alejarse, sin embargo, ello sólo provocó que Jimin afianzara con una mano, su agarre en la estrecha cintura del castaño; la otra tomó con fuerza la mandíbula del mismo, impidiéndole alejarse del acalorado beso.

Sus labios se movían con fiereza sobre los ajenos, tan unidos que era casi doloroso. Besó con pasión y enojo, dejando salir cada sentimiento y emoción que su cuerpo había contenido por meses.

Después de pocos segundos, la resistencia de SeokJin por fin claudicó, devolviendo torpemente el beso con la misma intensidad, mientras sus manos se sujetaba con fuerza en el duro pecho de Jimin.

Pronto los labios de ambos eran un lío húmedo, sus lenguas jugueteaban la una con la otra en una batalla por demostrar dominio, aunque una era todavía demasiado inexperta, no se doblegaba ante la otra.

Ambos caminaron a pasos torpes hasta que la espalda de SeokJin golpeó con fuerza contra la pared más cercana, lo que le sacó un pequeño gemido de dolor.

El agudo sonido envió extrañas ondas eléctricas por todo el cuerpo de Jimin, lo que le hizo apegarse más contra el juvenil cuerpo al que tenía apresado. La mano en la barbilla de SeokJin, por fin se alejó, pero solo para dirigirse a los castaños cabellos del mismo y jalarlos hasta inclinar la cabeza del menor hacia atrás, permitiendo a Jimin un mejor acceso a su húmeda boca. A su cuello, donde ya había descendido con sus dientes.

Jimin continuó en un borroso trance, abusando de la boca del más joven, sin pensar realmente en lo que estaba haciendo. Al menos así fue, hasta que sintió una titubeante mano descender por su abdomen que rozó apenas casi perceptible, el bulto que inconscientemente ya se había formado bajo sus pantalones.

El tímido toque, y la falta de oxígeno, por fin le hicieron volver a la cruda realidad, separándose del menor como si su cuerpo estuviera lleno de agujas que pinchaban dolorosamente su piel.

La lucidez pareció volver a Jimin, por lo que por fin abrió los ojos y vio la desastrosa imagen de SeokJin frente a él, respirando erráticamente. Su cuerpo que anteriormente había estado tan caliente y necesitado, se enfrió como si le hubieran arrojado un balde de agua helada.

Su rostro acalorado y sonrosado se volvió de un pálido casi transparente. Su mirada se posó un momento en los labios rojizos e hinchados de SeokJin, en lo maltratados que los había dejado por juguetear con sus dientes.

—Yo-Yo... Lo siento...

Finalmente, siendo un cobarde e ignorando al sorprendido joven que todavía le miraba como esperando algo más, Jimin se dio la vuelta y rápidamente huyó de la casa con un portazo; dejando a un chico confundido y anhelante...







[...]

Jimin condujo sin un rumbo establecido, sus manos se apretaban tan fuerte al volante, que sus nudillos eran casi blancos por la presión ejercida.

Quería golpear su cabeza contra cualquier superficie dura. En esos momentos, su mente y corazón eran un torbellino de emociones y pensamientos.

Una voz en su interior aún le gritaba, diciendo que SeokJin solo era un chico que no estaba en condiciones de distinguir entre lo bueno y lo malo, por lo que haber hecho algo como lo de momentos atrás, había sido inapropiado para un adulto consciente como supuestamente lo era él.

Finalmente, después de haber conducido por casi media hora, por fin se detuvo en un camino desolado, antes de apagar el auto y golpear el volante, gritando furioso consigo mismo.

—¡Maldito! ¡Maldito seas Park Jimin!

En ese momento ya no era el hombre maduro y distinguido que le caracterizaba. Solo un idiota enfermo. Se dijo, mientras se daba cuenta del doloroso bulto que se levantaba entre sus pantalones.

Sintió la bilis subir hasta su garganta, mientras se decía cuán asqueroso era por haberse aprovechado de un chico como SeokJin.

Luego, lágrimas se arremolinaron en la comisura de sus ojos, recargando sus brazos sobre el volante y su cabeza en ellos.

Después de todo, no había podido controlar aquellos sentimientos que catalogaba como enfermizos. A sus ojos, Kim SeokJin era un niño, incluso si realmente no lo era, Jimin no pensaba de la misma forma. Se sentía culpable y un ser repugnante, por haberse aprovechado de un pequeño chico incapaz de hacer algo contra él. ¿Acaso el haber cuidado del menor todos esos años, le daban el derecho de tomar de su persona lo que quisiera? No.

Volvió a golpear sus manos sobre el volante, una y otra vez hasta que sus palmas comenzaron a arder.

Y en otro lado, un Kim SeokJin yacía todavía sorprendido por el reciente suceso. Parado aún contra la pared, el calor en su cuerpo no se disipó ni siquiera un poco. Inconscientemente llevó sus dedos a sus hormigueantes e hinchados labios. Lentamente pasó su lengua sobre ellos, saboreando el dulzón sabor que los labios de Jimin habían dejado a su paso.

Luego, su mirada descendió al molesto bulto que había entre sus pantalones. Nunca antes había sido tratado de aquella forma, por lo que estaba en shock, aún intentando procesar lo ocurrido. Pese a que aquella impulsiva acción de Park Jimin no le había desagradado, SeokJin tampoco podía decir a ciencia cierta lo que produjo en él.

No obstante, una burlesca voz en su interior le reprocho. Pero si todo este tiempo buscabas esto, una reacción de su parte.

Dentro de él, muy en el fondo, SeokJin sabía que había deseado una reacción de este tipo desde hacía meses.

Admite que te sientes atraído por él... De nuevo la molesta voz dentro suyo habló.

SeokJin negó rápidamente, intentando afirmar su postura antes de subir a su habitación. Después de todo, no podía permanecer en aquel lugar todo el tiempo, mucho menos si Jimin llegaría en algún momento, puesto que aún no estaba dispuesto a dar la cara.

Sus mejillas se sonrojaron furiosamente con el pensamiento. Ver de nuevo a Jimin, que le volviera a tomar con esa fuerza y... ¿Y...? Volvió a negar, mientras se envolvía en un lío de mantas sobre su cama, y lidiaba con su letargo.

En esos momentos, solo necesitaba palabras que le dieran tranquilidad, y una explicación a lo que estaba sintiendo su cuerpo y su corazón.

Finalmente, después de bastantes horas, no se dio cuenta cuando por fin cayó dormido, olvidando cualquier pensamiento para hacer la vida de Jimin imposible, como cada vez durante los últimos meses...






Último capítulo de hoy, espero les haya gustado el mini maratón, como ya llegamos hasta este punto de interacción entre los personajes, espero actualizar con más regularidad, ya que tengo algunos capítulos ya escritos.

Sin más, esperen por ellos y mucho amor para ustedes ♡♡.

Undisciplined [MinJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora