Todo puesto en marcha

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Torre Hokage – oficina del Hokage

Minato se encontraba revisando algunos documentos con calma hasta que escucho como alguien llamaba a su puerta, con un adelante, vio como la puerta de su oficina se abrió y revelo a su sensei y a sus dos pelirrojos, que estaban acompañados de sus compañeras de equipo al igual que del Son pelinegro.

- ¡Otosan! ¡Regre...! – Menma no pudo terminar de exclamar pues fue empujado con fuerza a un lado por su hermana.

¡Otosan! – grito Natsumi con lágrimas cayendo de sus ojos como cascadas mientras se lanzaba al frente para abrazar a su padre.

- ¡Natsumi-chan! – grito Minato en el mismo estado que su hija, que cuando la tuvo en sus brazos la abrazo con fuerza y acariciar su mejilla con la de ella.

Todos tenían una gran gota de sudor sobre sus nucas al ver tal demostración de cariño, pues la pelirroja se comportaba como una niña pequeña que quería todo el amor de su padre y el rubio como si no hubiera visto a su hija en más de dos décadas. Menma solo hizo una mueca y se cruzó de brazos al ser excluido pero no le dio mucha importancia al asunto, pues sabía muy bien cómo eran esos dos.

- Mírate, estas tan grande y ahora eres toda una mujer, ¿Espero que una muy fuerte como tu madre? – pregunto Minato rompiendo el abrazo y viendo a su hija expectante.

- Jeje por supuesto, solo espera para que veas lo fuerte que me eh vuelto – respondió Natsumi con una sonrisa orgullosa.

- Ejem también estoy aquí – murmuro Menma mientras fingía toser.

- Oh Menma, en verdad que has crecido – dijo Minato acercándose a su hijo y colocarle una mano sobre su cabeza mientras le regalaba una sonrisa orgullosa – es claro que te has vuelto muy fuerte y me agrada mucho tu nuevo corte.

Menma sonrió por el elogio, mientras que Minato regreso a su asiento y miro a todos en su oficina y les regalo una sonrisa, extrañaba a sus hijos como cualquier padre al no verlos por tanto tiempo, era claro que se habían vuelto mucho más fuertes y solo podía estar orgulloso por eso, aunque también corría por su mente el que tanto, pero ya tendría tiempo para hablar con su sensei sobre eso y con sus hijos al ponerlos a prueba.

- Bien es bueno que hayan vuelto y que el equipo 7 este reunido aquí, así será más fácil decirles lo siguiente – comento Minato obteniendo miradas asombradas del equipo, aunque poso su mirada en el único miembro que no pertenecía a dicho equipo – No destruiste nada importante cuando te estrellaste, ¿Oh sí? – pregunto con una ceja levantada, en ocasiones los entrenamientos de los Son eran, por decir lo menos, bastante destructivos, y ese último choque estuvo muy cerca de la muralla de la Aldea.

- No, solo algunos árboles, pero fuera de eso, nada importante – respondió Sasuke con los ojos en blanco, detestaba cuando era él quien causo un desastre, pues la mirada del Hokage era como la de un padre que sabía que su hijo hizo algo mal y solo esperaba que el daño no fuera tan grande.

Hospital de Konoha

Por los pasillos del enorme hospital, caminaba una alegre y tranquila Haku, la cual vestía un cheongsam que es un vestido clásico chino de color azul con los bordes de color rojo y con el símbolo de la Tortuga grabado en su espalda, un pantalón rojo, al igual que sus zapatos, muñequeras y su faja, además de poseer unos calcetines tabis blancos, su largo cabello negro lo tenía atado en una cola de caballo alta que le llegaba un poco más debajo de la cintura aún mantenía dos mechones a cada lado de su rostro. Llevando su protector de Konoha en la frente con orgullo, donde ahora media 1.67 cm. Sus rasgos faciales se habían definido muchísimo más, siendo aún más hermosa de lo que lo fue en el pasado y aunque sus ropas no lo dejaran ver, su complexión física era un poco más robusto, sus músculos se tornaron más firmes y definidos, aunque se aseguró de que no fuera algo tan notorio como en los varones del clan y no solo ella, Anko y Tayuya se aseguraron de tener una complexión similar. La pelinegra iba leyendo las notas que llevaba en su portapapeles donde tenía sus anotaciones sobre los pacientes a los cuales tenía que atender.

El legado del KiWhere stories live. Discover now