Un nuevo mañana

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Gaara quería regresar cuanto antes a Konoha, pues no quería peleas innecesarias, pero viendo que la pelinegra tenía muchas heridas expuestas decidió primero auxiliarla, su conocimiento medico era prácticamente nulo, pero aun sabia como tratar cortes, por lo cual tomo su kit médico y procedió a vendar a la chica, aunque algo le extrañaba y era que ella estaba inusualmente callada, no era como si no quisiera hablarle, era más bien como si estuviera nerviosa, pero de un modo que nunca antes había visto, cuando la miraba directamente a los ojos ella desviaba la mirada y su rostro parecía que comenzara a tornarse de un liguero tono rojo, definitivamente aún era completamente nuevo en poder relacionarse con los demás.

Satsuki era un mar de nervios, ni siquiera sabía porque diablos ya no podía ni ver fijamente al pelirrojo a los ojos, no había hecho nada, no había cambiado nada, era el mismo, seguía siendo ese pelirrojo siniestro y sin emociones que conoció en los exámenes Chunin, aunque eso no era cierto del todo, pues ya no sentía esa aura de locura y frenesí por la sangre, simplemente un chico tranquilo y serio, que hace poco había demostrado ser sumamente poderoso, por no mencionar que su nuevo estilo lo hacía ver más atractivo y sin chaqueta solo resaltaba ese hecho, aunque también era alguien muy atento, pues estaba tratando sus heridas con mucho cuidado e intentando hacer su mejor esfuerzo, sin duda ahora que lo pensaba mejor era un chico a la altura.

- "Genial, ahora pienso como mi Madre" – se dijo Satsuki mordiéndose el labio inferior con nerviosismo.

El Son pelinegro apareció en medio de un prado mediante su teletransportación, miro todo a su alrededor y quedo impresionado, pues más de la mitad del prado había sido cubierto por un pequeño mar de arena que llegaba hasta las copas de los árboles, giro para buscar a su gemela y la encontró sentada en una nube de arena mientras que el pelirrojo de Suna estaba arrodillado frente a ella tratando algunas de sus heridas en sus brazos, eso coloco una sonrisa alegre en Sasuke que rápidamente se volvió una mueca de disgusto con su ceño fruncido hacia el Jinchuuriki, pues su gemela tenía las mejillas rosadas y parecía no poder sostenerle la vista al pelirrojo, eso y agregado el hecho de que su amada gemela estuviera usando la chaqueta del pelirrojo hizo que un instinto de protección saliera a flote con fuerza. Tanto Gaara como Satsuki giraron la mirada para ver al pelinegro que se acercaba hacia ellos con rapidez.

- ¡Onichan! – grito Satsuki de felicidad mientras se ponía de pie y saltaba a los brazos de su gemelo, pues nunca lo admitiría en voz alta, pero estaba asustada de haber sido secuestrada y casi ser tomada por ese lunático aficionado a las serpientes, aunque su miedo era controlado por la presencia del pelirrojo – Muchas gracias por venir a ayudarme y dejar manejar las cosas por mi cuenta – agrego enterrando su rostro en el hombro de su gemelo.

- Siempre estaré para cuidarte, aunque a la próxima tal vez te ignore y te salve de inmediato – comento Sasuke con una sonrisa y abrazando con fuerza a su gemela.

- No te preocupes, son heridas insignificantes – dijo Satsuki rompiendo el abrazo y regalándole una sonrisa genuina a su gemelo – ese idiota no nunca hubiera podido contra mi... además... bueno... ya sabes – tartamudeo mientras un rubor se formaba en sus mejillas al igual que su gran sonrisa se volvía en una pequeña y tímida – Gaara llego a tiempo para salvarme con todo lo que tuvo y el trato mis heridas, en verdad fue de mucha ayuda.

- ¿Enserio? – pregunto Sasuke con una sonrisa y un tic en el ojo donde nuevamente un instinto de protección se apodero de su cuerpo – y por cierto, ¿Por qué tienes su chaqueta puesta?

- Ah... bueno, pues... lo que pasa es que... - tartamudeo Satsuki sintiéndose muy apenada, dio un paso lejos de su gemelo y asegurándose de que el pelirrojo siguiera a sus espaldas para que no la viera, abrió un poco la chaqueta y revelo como su blusa estaba rota – Gaara me la ofreció para cubrirme, fue muy amable de su parte... fue muy tierno de hecho – respondió con un tono de voz inusualmente bajo que no pasó desapercibido por su gemelo.

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