Capitulo 52

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—Ha pasado algún tiempo Nick. — Demian le beso la mano en forma de saludo. Una sonrisa esperanzadora se asomó en las comisuras de los labios del mayor.

El castaño sonrió más grande. — Han pasado años para ser más precisos. — Nick nunca se habría esperado encontrarse con una parte de su pasado esa noche.

Ambos se sumergieron en un silencio que los hacia ajenos a los demás. Un carraspeo poco disimulado los trajo de vuelta al mundo real. El señor Villarroel estaba encantado por tener a ambos empresarios en su fiesta, listos para hablar de grandes y muy jugosos negocios.

—Buenos señores en vista que Gael y su pareja decidieron abandonarnos, deberías empezar a hablar antes que la fiesta termine. — Esteban llamo a un camarero y dejo su copa a medio tomar. — Deberíamos pasar a mi despacho, ya saben para estar más cómodos.

Tanto Demian como Nick hicieron lo mismo con sus tragos, más que gustosos en seguir al mayor de los tres a un lugar más íntimo.

Sin avanzar demasiado, Esteban se detuvo y llamo a su hija Marianna que se había quedado plantada en el mismo lugar desde que llego, en silencio mirando hacia la dirección por donde había desaparecido Gael junto al rubio. La molestia y decepción pintaban el bonito rostro de la joven mujer.

—Recuerda Marianna, el placer y los negocios con cosas aparte. — El padre le recordó en voz alta a su hija, Marianna tuvo la decencia de sonrojarse al ser tan obvia.

El pelinegro le dio una mirada curiosa e interrogante al castaño que iba a su lado, ambos jóvenes siguiendo de cerca al mayor que llevaba a su hija engancha de su brazo intercambiando algunas palabras en voz baja.

—Gael solo tiene ojos para Matt. — le susurro de cerca al pelinegro, que se estremeció al sentir el cálido aliento golpear su rostro.

Demian asintió al comprender mejor la situación, aun perturbado por su reacción a la cercanía del más bajo. ¿Hace cuánto tiempo que no tenía esa sensación de estremecimiento por su cuerpo? ¿Cuándo fue la última vez que había disfrutado tanto de la cercanía con alguien más?

Despejo su mente al instante, negándose a sumergirse en confusas meditaciones. Puso su mente fría, estaría allí en algunos minutos escuchando algunas propuestas de negocios por parte de Esteban Villarroel; no era el objetivo principal con el que había acudido a dicho evento, pero si la oportunidad de le estaba dando en bandeja de plata y aun mejor con la oportunidad de trabajar o tener algún tipo de conexión con Nick lo haría.

(...)

—Dime que haces aquí, Matt. — la voz de Gael sonaba tensa mientras le daba la espalda al rubio.

—Tenía que hablar contigo y tú no contestabas mis llamadas. — el reproche teñía la voz del menor. Ignorando el sentir del pelilargo.

Matt estaba desesperado por tocar a Gael, no podía pensar con lucidez al cien por ciento, así que cuando llego y vio a Gael a lado de Marianna...él simplemente actuó sin pensar y por eso lo beso como si no lo hubiera hecho en años.

Ahora estado allí afuera en uno de los balcones de la mansión donde estaba ocurriendo la fiesta, Matt tenía la oportunidad de arreglar su relación, de poner convencer a Gael que sin él no era nada, que lo necesitaba más que a cualquier otra cosa y que se moría de celos al ver como Marianna se empecinaba en metérsele por los ojos.

—Sé que sigues muy enojado y decepcionado conmigo. — El rubio intento acercarse al mayor, pero lo vio tensar los hombros. — Nunca ha sido mi intención lastimarte, lo sabes. — suspiro. — Yo... yo solo tengo miedo.

Silencio, un gran y prolongado silencio los envolvió. Matt comenzó a temer que nada de lo que dijera convenciera al mayor. Sus ojos se inundaron en lágrimas al solo obtener más silencio por parte del otro.

—Por favor Gael dime algo. — su voz se rompió por el llanto que no pudo seguir aguantando. — Y-yo necesito saber que me puedes perdonar, te amo, realmente lo hago.

El pelilargo no soporto escuchar el llanto del rubio, jamás pudo resistirse a sus lágrimas, le dolía como una perra el saber que el provocaba cada una de esas lágrimas, pero él también ya se encontraba cansado, muy cansado y herido.

—Te creo Matt, sé que me amas y yo también lo hago. — permitió que su voz se suavizara y se acercó al menor. Limpiando con delicadeza las lágrimas de este. — Te he amado desde el momento que te conocí, te acepté con cada una de tus inseguridades y defectos. Con tu pasado porque tú también lo hiciste.

A pesar de tratar de detener el llanto del menor, no lo lograba. Gael también quería llorar. Los recuerdos de todos esos años que habían compartido lo golpeaban.

—Pero a pesar de todo este tiempo no he sido capaz de ayudarte a superar esos miedos que no te dejan vivir en paz. — no se ropería, no delante del menor. — No solo se trata de mí, de mi deseo de formar una familia contigo, porque no se trata de eso sino de algo más. — trago duro el nudo que se formaba en su garganta. — Tú no has podido volver a creer en ti mismo. En que eres una persona maravillosa que puedes hacer feliz a cualquier hombre que realmente te merezca. — peino los cabellos rubios que cubrían la frente de Matt. — No has podido dejar atrás el daño que te ha hecho tu padre, no puedes dejar de culparte por no poder llegar a sus expectativas, te culpas por la falta de amor de Demian por ti, te culpas por el sufrimiento de Nick cuando Demian lo dejo. — Matt retenía el aire por las palabras del mayor. — este corto tiempo sin ti me hizo darme cuenta que yo no soy lo que necesitas para seguir adelante. Yo no te puedo ayudar.

—No, no Gael...— más lagrimas deslizaron por las mejillas de Matt al darse cuenta en que iba todo lo que Gael le estaba diciendo. — ¡NO!, Gael, amor escúchame, podemos seguir adelante, yo quiero estar contigo, nos casaremos, tendremos esa familia... prometo — Las cálidas y grandes manos del otro se posaron a cada lado de su rostro obligándolo a mirarlo fijamente, cortando cualquier otra cosa que hubiera dicho.

Los ojos tristes de Gael le dijeron sin palabras que esto ya era un adiós, sus miedos también habían lastimado al mayor, dando paso a nuevas inseguridades a Gael y haciéndolo dudar del amor que se tenían.

—No Matt, yo ya no creo que pueda seguir con esto. No se trata de que hagas lo que yo quiero para hacerme feliz. Yo no quiero eso, yo de verdad de deseo que puedas dejar esos miedos atrás y puedas ser feliz completamente.

Gael se acercó y beso castamente los labios húmedos del menor en una despedida silenciosa.

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2019 ⏰

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