Capitulo 8

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«Las noches que prometimos "por siempre" se convirtieron el lágrimas.»

Conocedor por ser un hombre con mucho éxito en su trabajo, proveniente de una familia con estatus social importante, influyentes, futuro heredero y sobre todo contaba con el apoyo de sus padres en su totalidad aceptándolo sin importar su preferencia sexual. Demian era bisexual, nada del otro mundo en pleno siglo XXI pero para sus parejas era el doble de riesgo, sumando su gran atractivo y el aire misterioso que lo envolvía respecto a cuidar con recelo su vida privada. Provocaba la curiosidad de muchos.

Mujeres y hombres no le faltaban, su ego y confianza en ocasiones rozaban el cielo, causa del gran revuelo que provocaba entre las personas, invitaciones indecorosas y miradas lascivas iban y venían.

Un casanova en su plenitud, pero cuando conoció a cierto castaño sus días de pica flor dieron fin, en ocasiones se cuestionaba como era posible que aquel chiquillo lleno de inseguridades e inocencia provocaba tantas cosas en su interior, tan diferente al rubio que tenía su corazón aprisionado, intentando enterrar sus sentimientos pasaba sus noches de cama en cama.

Fue bastante original la forma en que se conocieron y aun cuando lo recordaba le provocaba risa, Nick parecía un ciervo miedoso por la reacción del mayor.

Demian iba caminando por el parque sin preocupaciones, ya era de noche y agradecía que ningún indeseado lo reconociera saliendo de aquel hotel donde había tenido uno de sus tantos encuentros sexuales, la mujer con la que compartió esa noche era muy estresante pero tenía un cuerpo hermoso, curvas pronunciadas, pero ya estaba considerando cambiarla por alguien menos molesto. En medio de su caminata escucho un "clic" que lo saco de su añoranza y en modo de alerta creyendo que un paparazzi lo había seguido, miro a su alrededor, una buena amenaza y un poco de dinero borraría todas las fotos.

Creyendo no poder encontrar al individuo, escucho de nuevo ruidos, decidido se acercó a una área de arbustos y miro al joven que rebuscaba en su enorme bolso de donde saco lo que parecía un repuesto de lente para cámara, Nick ajeno a la mirada curiosa que lo observaba de lejos siguió maldiciendo entre dientes, talvez ya era hora de ser un poco más ordenado con sus pertenencias.

El castaño tomaba fotos de una fuente cercana rodeada de arbustos y rosales la noche con la luna en alto producía una belleza etera perfecta para sus fotos. Escuchando alguien llamándolo le provoco un susto de muerte, Nick no tenía mucho de haberse mudado solo para rentar un pequeño apartamento en el centro de la cuidad y prácticamente no conocía a mucha gente, era tímido para socializar pero el peli-negro con una encantadora sonrisa gano su confianza en corto tiempo.

Lo demás fue historia Demian no dejo escapar al castaño, acompañándolo a diferentes sitios del parque para seguir tomando fotos y conversando, después de ese encuentro Demian no volvió a dejarlo en paz. Buscando solo llevárselo a la cama lo frecuento fingiendo interés en su trabajo de fotógrafo y a los pocos meses ya estaba encariñado con un Nick de tan solo 19 años.

Demian realmente llego a disfrutar cada momento vivido con el niño que ahora después de 4 años, tenía una parte de su corazón.

—Amor, deberías descansar. — Matt se asomó por la puerta entre abierta del despacho. — Pediré algo de comida. ¿Alguna sugerencia?— El rubio termino por entrar.

Demian cerró su portátil rápidamente, pues ya había terminado con su trabajo, pero se había quedado a ver todas las fotos de los paisajes que Nick tomaba cuando empezó con todo aquello. Realmente había mejorado.

—Cielo, acabo de terminar los pendientes. — Aflojo el nudo de su corbata. — Y si mejor hacemos una cena casera, sabes no me apetece nada de comida rápida. — Hizo una mueca. — se me va el apetito.

Déjame ir (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora