Capitulo 25

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« Te usaré como un punto central, así no perderé de vista lo que quiero lograr.»


—Dime un secreto, algo que jamás le hayas contado a alguien. — el castaño descansaba la mitad de su cuerpo encima del mayor, aun desnudos con las sabanas cubriendo de la cintura hacia abajo.

El peli-negro movía sus dedos en círculos sobre la espalda desnuda y suave del menor, una sonrisa plasmada en su rostro después de haber hecho el amor por segunda vez esa tarde.

— ¿secreto?, mmm... déjame ver. — el mayor perdió su vista a la ventana con cortinas corridas dejando entrar la luz natural y la suave brisa. — planeo pasar el resto de mi vida contigo, tener hijos y encerrarte lejos. — bajo su mano por debajo de las sabanas. — Hacerte mío sin descanso y que nadie te vuelva a poner los ojos encima. — Apretó con fuerza una nalga del menor. — Que cada parte de tu piel tenga mi nombre grabado— rozo la entrada del menor aun dilatada— que repudies el toque o el simple hecho de otro tocándote. — Enterró un dedo en el interior— que no puedas vivir sin mí. — Metió un segundo dedo, Nick jadeo. — y que solo me ames por todo lo anterior.

Demian seguía follando a Nick con sus dedos con una lentitud dolorosa y placentera.

—eso n-no es un se-secreto...— soltó entre gemidos.

—sí, si lo es. — se posiciono sobre el cuerpo del menor, sacando sus dedos. — Porque si lees entre líneas descubrirás que tengo tendencias psicópatas— sonrió seductor y lamio sus dedos que estuvieron en el canal del castaño.

(...)

Sus caderas arremetían con salvajismo, empujándose con desespero dentro del rubio que gemía sin control, cuerpos sudados y olor a sexo envolvía el ambiente.

Demian sostenía con fuerza el cuerpo de Matt sobre él, estaban el oficina y tanto fue el desespero de ambos que se lo estaba follando sentado en sus silla con su pantalón ligeramente bajado hasta sus glúteos y el oji-azul con el pantalón aun sostenido de un tobillo.

Matt se sostenía de los antebrazos de la gran silla pero estaba lo suficiente extasiado para impulsarse solo, podía sentir ese cosquilleo el dolor por no ser preparado previamente y la falta de lubricante sustituido por el líquido pre-seminal del peli-negro, sus caderas se movían en un vaivén tortuoso, a esas alturas aceptada sus inclinaciones masoquistas, pero joder si no le ponía el cabalgar con ímpetu a ese hermoso hombre que tenía por novio, sentir las caricias rudas y desesperadas, verlo suspirar con labios entreabiertos y todo para él y solo por un placer que le otorgaba.

El empresario sintiéndose a punto de llegar comenzó a masturbar el falo del menor de forma rápida pero con delicadeza, pasando su pulgar por la ranura húmeda y resbaladiza otorgándole más placer al rubio-como si fuera posible- le gustaba ver como se entregaba verlo convertido en masilla entre sus brazos. Su pelvis chocaba con fuerza entre las nalgas del menor, sentía las paredes del interior apretar placenteramente su miembro que estaba listo para descargar, pero no podía, no adentro de su novio, aunque muriera por querer hacerlo.

— ¡aah! Demian ya casi. — Matt inclino su cuerpo sobre el escritorio, sosteniéndose de sus codos. — Más fuerte. — Las sacudidas de placer provocaban apretar su interior. — vamos, ya casi.

Demian dejo de masturbar el miembro hinchado y necesitado del rubio, concentrándose en sostenerlo.

—Así, te gusta así— jadeos incontenibles por parte de ambos. — así de duro, mmm!— ese aviso que recorre todo su cuerpo hasta llegar a su vientre, lo sentía y era jodidamente bueno. — tan caliente, amor.

—Afuera, de-mian.— Matt dejo de moverse y se puso de rodillas entre las piernas del mayor, llevando el falo completamente duro y pálpante a su boca, gimió con deleite al saborear.

—trágalo todo!, aah!— hecho su cabeza atrás apretando los cabellos rubios entre sus dedos. Matt se masturbo con desespero, y cuando sintió el líquido caliente y espeso golpear el fondo de su garganta también se corrió, con fuerza sorbió el glande que todavía estaba entre sus labios.

Después de unos minutos, Demian se arrodillo junto al menor, y lamio la esencia del rubio que aún había entre sus dedos.

—Delicioso. — Matt sonrió, sus mejillas se colorearon de un rojizo delatador, jamás se acostumbraría, la imagen tan obscena y ardiente le provocaba de mil formas.

El empresario arrastro a Matt a su regazo, enredado las hebras de cabello rubio y húmedo entre sus dedos, en forma de caricias.

Los días de Demian pasaban tranquilos en compañía y anhelo de esa persona que tenía entre sus brazos, cada segundo se convencía de que unir su vida con él era la mejor decisión y esta vez está dispuesto a hacer las cosas bien, para el bienestar de ambos. Solo le deseaba lo mejor al castaño de ojos verdes y sonrisa radiante que también pudiera encontrar la felicidad que el no pudo darle.

— ¿En qué piensas?— el oji-zul mantenía sus ojos cerrados por las caricias suaves que recibía.

Demian sonrió al escuchar un suspiro de satisfacción al pasar su mano por las piernas desnudas del rubio. — En todo y en nada. — No paro sus caricias. — qué te parece una cena hoy en la noche en tu restaurante favorito.

Matt volteo y mostro su blanca dentadura en una gran sonrisa, asintió con la cabeza con entusiasmo, le encantaba la manera en que Demian había cambiado con él.

Todo había mejorado desde que Nick había desaparecido. No le deseaba un mal, pero rezaba con toda su alma para que jamás regresara.

—Me parece bien, deberíamos vestirnos alguien puede necesitarte. — hizo ademan de querer moverse.

—Solo unos minutos más, me encanta tenerte así después de tener sexo. — el mayor enterró sus rostro en el cuello blanquecino aspirando con ganas.

Esa noche Demian le daría el anillo.

(...)

Sostenía entre sus brazos unos libros que paso a comprar en una librería, todos para el entretenimiento de Derian, sus manos sudaban pero su sonrisa no menguaba, pero ¡venga! Estaba a punto de bailar en medio del pasillo del hospital por la buena noticia que tenía.

Reprimiendo las enormes ganas de correr lo último que quedaba para llegar a la habitación del mayor, suspiro y froto una de sus palmas en su pantalón para secar la humedad. También estaba dispuesto a hablar con el oji-miel de todo lo que pasaba por las noches.

Entro y lo primero que vio fue a Derian reír junto con una linda enfermera que le platicaba sobre algo que Nick ni siquiera fingió escuchar, su ceño se frunció y su sonrisa desapareció.

Una profunda molestia recorrió su pecho, apretó sus manos en puño.

Derian fue el primero en verlo parado aun en la entrada de la habitación y miro su ceño en claro signo de molestia, inclino su cabeza con curiosidad, nunca llegaba molesto.

« ¿Qué le pasa a mi pequeño?»

La enfermera no dejaba de parlotear, a pesar de que ya no le ponían atención.

Nick la recorrió con su mirada, era obvio que la tipa era nueva y no sabía de ellos.

«Zorra.»

Fue lo primero que vino a la mente del castaño. Su molestia crecía.

Derian estiro su mano para que Nick se acercara a saludarlo, lo había extrañado y moría por contarle-en el buen sentido- lo que su médico había dicho esa mañana.

Nick se acercó con paso decidido y sin más planto un beso sobre los labios de Derian, a los segundos fue correspondido y sintió esas mariposas llenar su estómago y sonrió entre el beso al sentir al mayor profundizar su unión.

En definitiva todo mejoraría.


Déjame ir (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora