Parte 47 Te quiero enana

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Prácticamente corriendo llegué a los vestuarios justo al tiempo que las chicas salían para hacer su entrenamiento.

—¿Ha habido suerte? - me preguntó Amanda mientras se terminaba de atar los cordones.

- Eso creo, tengo una semana para entregárselo de nuevo.

- Eso es genial Alex, si llego a ser yo capaz de ponerme un cero en vez de un uno - sonreí con simpatía a Natalie sabiendo que tenía razón - ¿Quieres que te espere?

- No, tranquila. De todas formas vamos a entrenamientos diferentes.

- Te vamos a echar de menos, hoy tocan ejercicios de altura - Kayte me pellizcó el brazo cuando pasó por mi lado - sólo espero que Mandy no haga ningún comentario al respecto, porque se haya roto el brazo o no, la mato.

Todas mis amigas salieron haciendo comentarios en relación a la honestidad de Mandy, a veces demasiado... bruta.

Sin perder tiempo, me puse las protecciones y salí corriendo con el casco en la mano. Chad y Andy ya estaban golpeando los pesados sacos dispuestos a lo largo de la banda. Matt y Will corrían en el otro extremo del campo, haciendo kipping con las piernas. Iba a unirme con ellos cuando noté a Caleb, a mi hermano y al entrenador hablando cerca de las bancas. Me acerqué principalmente para dejar mi casco junto a los de los demás y también para saber qué ocurría.

- ¿Te encargas entonces? - le preguntó Trent a Caleb.

- Claro, sabes que eso no es ningún problema.

- ¿Qué problema? - tres pares de ojos se fijaron en mi presencia - ¿Pasa algo?

- Tu hermano dice encontrarse mal, y quiere irse a casa. Pero ya le he dicho que si no entrena hoy no sé si podré sacarlo el viernes de titular. Es un partido importante y...

- Ya le he dicho entrenador que no estoy en condiciones de entrenar. ¿Quiere otro lesionado como Caleb? - le contestó demasiado tajante para mi gusto.

- Nunca he insinuado eso - el entrenador se quitó la gorra y rozó su pobre pelo con las manos - está bien. Recupérate, pero me debes ocho carreras de campo para el jueves. ¡Te quiero a tope!

Con un basto asentimiento se despidió del entrenador y tuvo la intención de pasar por mi lado sin decirme nada, pero no lo iba a permitir.

- Eh tú - le agarré el brazo y me puse en frente de él - ¿Estás bien? - toqué su frente de forma absurda pues nunca supe hacer eso de saber si tiene fiebre.

- Sí, no te preocupes. Creo que es la tensión de los exámenes - fruncí el ceño cuando me atrajo en un abrazo - estoy bien, de verdad. Caleb te llevará a casa, cuando acabe el entrenamiento. DIRECTO A CASA - eso último no iba hacia mí, me dio la sensación - nos vemos para la cena.

Sin más vi la figura de mi hermano alejarse por el campo y desaparecer dentro de los pasillos de los vestuarios. El pequeño nudo que ya se había hecho hueco tras salir del despacho de la profesora se hacía cada vez más grande. Estaba preocupada y agobiada.

- Tranquila capi, él está bien. Sólo necesita desconectar un poco - Caleb me dio un breve beso en mi mandíbula - voy a estar observándote todo el entrenamiento.

Lo miré confusa hasta que recordé que el hacía ejercicios menos intensos fuera del campo, para no entorpecer la recuperación de su hombro, a pesar de que él decía estar perfectamente recuperado, el entrenador no iba a correr el riesgo.

- ¡Tarner! ¿Qué haces ahí parada? ¡ Agarra un balón y ponte a hacer algo útil!

Ni si quiera miré al entrenador, fui corriendo donde Terry, Matt y Will ya me esperaban para hacer trenzas de cuatro.

Guerra De Capitanes                            #wattys 2019Où les histoires vivent. Découvrez maintenant