Guerra De Capitanes #wattys 2019

Parte 8 Escúchame tú a mí

- ¿Vas a comerte las patatas?

- No Matt, cómelas - rodé los ojos. No sé por qué me lo preguntaba, siempre.

- Y entonces, ¿Quién irá al cine el miércoles? - preguntó Nathalie.

- Los chicos tenemos entrenamiento de últimas - dijo Chad.

- Pero yo no...

- Tú no estás incluida,  Alex. 

- ¿Por qué? - pregunté confundida.

- Porque ha sido convocada por el capitán - habló Matt con la boca llena - Y no te ha convocado.

- Bien, mejor, un día de descanso.

Seguimos hablando, sobre todo de los exámenes. Pero yo estaba molesta con Caleb por excluirme de ese modo.

- Tengo que ir a la biblioteca, tengo que entregar un libro si no quiero que me sancionen.

- Te acompaño - se ofreció Amanda.

- Tranquila, sigue comiendo, será un momento.

Me fui bajo las miradas de mis compañeros. Resoplé en cuanto salí de la cafetería.

 Iba hacia mi taquilla cuando escuché voces procedentes del otro pasillo.

- ¡Calla! - era la voz de un chico en pleno cambio.

Me asomé y vi como el chico del otro día lanzaba un puñetazo a mi hermano, que estaba apoyado en la pared. Le sangraba la nariz.

- ¡Eh! - le llamé la atención, haciendo que los dos pares de ojos se instalaran en mí.

- Lo que me faltaba... - suspiré mientras me acercaba - ¿Qué pasa aquí?

- Te pareces demasiado a él, metiéndote en asuntos que no te importan - me dijo despectivamente el chico.

- ¿Sabes qué? Estoy harta de ti.

Lo intenté coger del brazo pero se zafó.

- Vete al infierno.

- Palabras demasiado feas para un niño como tú.

-Largo de aquí, y la próxima vez que te vea hacer algo parecido, te verás frente al director.

- Mi hermano se enterará de esto.

- Lo estoy deseando. - le dije a pesar de que ya no me escuchaba.

Una vez él desapareció, me giré a mi hermano.

- ¿Estás bien?

Me fulminó con la mirada y empezó a avanzar por el pasillo.

- ¿Y a ti qué cojones te pasa ahora?

- ¿Tú qué crees? 

Sin decir nada más golpeó un casillero y se fue de allí.

De peor humor del que me fui de la cafetería, me dirigí sí esta vez a mi taquilla. Recogí el libro y subí las escaleras hacia la biblioteca.

 Entré allí, pero estaba vacía, no había nadie allí. Suspiré y decidí esperar a que la bibliotecaria llegara.

 Habían pasado ya unos veinte minutos, así que decidí abandonar y volver después de las clases, pero la puerta abriéndose me llamó la atención. 

 Un Caleb muy enfadado entró en la biblioteca. Cuando llegó a mí me agarró fuertemente del brazo empujándome contra una estantería y tirando algunos libros.

- ¿Se puede saber qué haces?

- Eso debería decírtelo a ti.

- No sé de qué me  estás hablando.