Capítulo 30

253 77 64
                                    

-Hola papá, ya llegué- dije alto porque no sabía dónde estaba.

-Hola nena- me dijo saliendo de la cocina con una gran sonrisa en la cara.

-¿Por qué tienes esa sonrisa del gato de Alicia en el País de las Maravillas?

-Hoy en día ya no se puede sonreír porque te tratan de animal- dijo con un tono fingido de enojo

-Pues eso lo eres así sonrías o no.

-Oye, aún soy tú padre y merezco respeto- corrió hasta mi sin darme tiempo de reaccionar y comenzó a hacerme cosquillas, está de más decir que comencé a reírme como loca.

-Ya para papá, basta.

-No hasta que te disculpes por lo que dijiste.

-No puedo disculparme por decir la verdad.

Siguió haciéndome cosquillas mientras yo me retorcía como gusano entre sus fuertes brazos, algunas lagrimas salían de mis ojos por la risa que no podía parar.

-Ok, ok lo siento- dije con la voz entrecortada

-Te faltó algo- dijo mirándome serio

-Ya dije lo que me pediste.

-Te faltó el "y eres el mejor papá del mundo"

-Ya te dije que en mi casa mis padres me enseñaron a no decir mentiras.

Volvió a hacerme cosquillas y esta vez fue peor que la anterior

-Y ERES EL MEJOR PAPÁ DEL MUNDO, PARA POR FAVOR.... ¿contento?

Mi papá me miraba con esa sonrisa de niño chiquito que acaba de hacer una travesura y no pude evitar recordar los momentos tan lindo como esos que pudimos compartir con mamá, no todos habían sido malos recuerdos.

-¿Te puedo pedir algo?- dije al cabo de un rato

-Claro mi princesita.

-¿Me puedes dar un abrazo?

Él no lo dudo ni un segundo y me dio un fuerte abrazo mientras yo volvía a recordar ese sentimiento de protección que solo él me podía brindar, había extrañado este tipo de cosas y aunque gran parte de la antigua Allison se había derrumbado, sabía que podía rescatar lo poco que quedaba de ella para seguir adelante.

Esa noche dormí en los brazos de papá mientras el acariciaba mi cabello y me contaba nuevamente la historia de cómo había conocido a mamá y después de tanto tiempo me sentí completa, me sentí en paz.

-------

Esa mañana me sentía renovada, me sentía contenta por primera vez después de tanto tiempo, mi mamá había muerto y aunque fuera cruel decirlo yo no podía morir junto a ella, también me había mudado a un lugar donde no me había ido muy bien, pero debía admitir que haber conocido al modelito le dio felicidad a mi vida, así que todo no había sido malo.

Mi problema era haberme fijado en todo lo malo y lo que no tenía, pero ¿qué pasaba con lo que tenía y con lo que había logrado? Muchas veces las cosas malas por las que pasamos opacan las pequeñas cosas bonitas que vivimos, nos perdemos de sonrisas y momentos divertidos por permanecer en un estado de amargura.

LA MUDANZA Where stories live. Discover now