Capítulo 26

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—Hola rarita.

—Hola modelito.

Desde que habíamos hecho el supuesto trato de ser amigos habían dejado de molestarme en el colegio, debo admitir que al principio si me hicieron comentarios crueles, muchas veces me botaban mis útiles al tarro de basura, en una ocasión me dejaron encerrada en el baño, menos mal al modelito arrogante le dio por buscarme como loco porque habíamos quedado de ir a comer juntos.

Pero con el paso del tiempo habían dejado de molestarme, no era popular y pues tampoco había hecho amigos, pero prefería ser invisible a estar en el ojo de todas las personas.

La última vez que vi a Kendall se enojó tanto conmigo que desde ese momento dejó de hablarme, en realidad se enojó por una tontería aún no entiendo por qué se puso así, pero mi orgulloso no me ha dejado buscarlo y exigirle una explicación, lo peor es que como un niño inmaduro me bloqueó de todas las redes sociales y no me contesta las benditas llamadas.

Con Matthew nos hemos hecho buenos amigos, al principio creía que era solo un niñato tonto y arrogante, pero al conocerlo mejor me he dado cuenta que es una persona genial, él es el que ha estado pendiente de mi en todo momento, todos creen que somos pareja porque permanecemos juntos todo el tiempo, parecemos chicles.

Aunque la verdad es que yo solo siento aprecio y cariño por él y no creo que él esté enamorado de mí como dicen las chismosas del colegio, yo soy la persona más lenta del mundo para darme cuenta de que le gusto a alguien.

El chico puede pegarse un letrero en la frente diciendo que le gustas y tú toda pendeja crees que es para alguien más.

Eso es verdad, en los últimos meses he vuelto a recuperarme poco a poco de todas las cosas que pasaron en tan corto tiempo, aunque aún quedan espacios vacíos que nadie ha podido llenar.

—Me enteré que ha llegado un chico nuevo— me habla el modelito.

—¿Ah si? bien por él— digo desinteresada mientras abro mi locker.

—Si, aunque no sé quién es.

—Wow, el señor popular no sabe quién es el chico nuevo, creo que estás perdiendo tu encanto.

—Hasta que al fin que admites que soy encantador.

—¿Por qué siempre pones palabras en mi boca que no son?

Cierro mi locker después de haber sacado ciertas cosas y comienzo a caminar junto a Mat hacía nuestro salón. Cuando llegamos nos ubicamos en nuestros puestos y yo me dedico a rayar cosas sin sentido en la última página de mi cuaderno, siempre hago eso cuando estoy muy aburrida y cuando voy a ver ya se me han acabado las hojas.

—¿Escuchaste lo que dicen del chico nuevo?

Le pregunta la chica que tengo al frente a la otra que tiene al lado, aunque yo escucho interesada la conversación.

Bien que te gusta el chisme, solo que no quieres admitir que eres una chismosa.

Ya nos exhibiste, que tarada que eres.

¿Sabes que si lo dices así entonces te estarías diciendo tú misma "tarada"?

Ya para, sigue escuchando más bien.

LA MUDANZA Where stories live. Discover now