Capítulo 24

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1 mes después

Si, ha pasado todo ese tiempo y mentiría si dijera que ha sido fácil, que superé todo lo que pasó y que en realidad fue una pesadilla y nada de lo que creía pasó.

Después de lo que ocurrió con mi madre me enteré de que tenía cáncer, hace exactamente un año se lo habían diagnosticado y lo sé porque encontré una carta que me había escrito, pero que por lo visto no tenía pensado dármela.

Había entendido por qué había tenido un cambio tan drástico conmigo de la noche a la mañana y había decidido perdonarla, mi mamá no tenía la culpa de nada y yo me había dejado llevar tanto por la rabia que nunca le pregunté por qué se comportaba así conmigo.

Después de que falleció y me levanté en la sala de un hospital me di cuenta de que todo había sido real, pero yo aún no estaba lista para asimilarlo. Todos trataron de ayudarme pero yo solo quería estar sola, ni siquiera tuve el valor suficiente para ir a su entierro, no quería verla en una tumba eso era demasiado para mí.

Me había alejado de todos, no había vuelto a hablar con mi padre, aunque él permanecía en un nuevo trabajo que había conseguido y solo llegaba a dormir, el mantenerse ocupado le ayudaba a no derrumbarse aunque yo sabía que cada noche lloraba por la pérdida de mamá.

Kendall había venido a visitarme muchas veces, pero yo me negaba a salir de mi cuarto, había adelgazado muchísimo, antes era una chica que amaba comer, pero ahora simplemente mi cuerpo lo rechazaba.

Después de tanto tiempo decido mirarme en un espejo de cuerpo entero que tenía en mi cuarto y juro que me espanté del reflejo que vi, no me consideraba una modelo súper hermosa, pero siempre había sabido que era bonita.

Tenía una nariz normal, ojos cafés bastante claritos era algo que siempre me había gustado, mis ojos eran realmente lindos, tenía un cabello parecido al color de mis ojos, un cuerpo normal no era una tabla andante, pero tampoco tenía curvas muy pronunciadas pero aún así era bastante bonita, medía 1.70 así que no me consideraba bajita, siempre había sido bastante alegre, me gustaba molestar y hacer reír a otros, era sarcástica y me encantaba hablar hasta por los codos, siempre me había gustado hacer nuevos amigos.

Pero justo en ese momento la chica del espejo no era Allison, esa no era yo, tenía unas grandes y pronunciadas ojeras debajo de sus ojos, su cabello estaba descuidado y maltratado, su cuerpo estaba muy delgado tanto que se comenzaban a marcar algunos huesos y le daban el aspecto de ver a un fantasma, su mirada había perdido ese brillo que la caracterizaba y ahora parecía una chica vacía y sumida en una profunda tristeza, su sonrisa se negaba a salir y parecía que la tristeza se había expandido en todo su cuerpo erradicando cualquier tipo de felicidad que en ella habitara.

Ya no tenía ganas de hablar, su vida había perdido sentido y sentía que hablar solo haría que se sintiera peor de lo que ya estaba, hoy era su primer día de clases. Ya habían empezado desde hace tres semanas, pero su padre la había visto tan mal que había pedido un permiso especial para que pudiera ingresar después, solo le faltaba un año para terminar ya que estudiaría acelerado y haría décimo y once en un solo año, aunque no tenía los ánimos de estudiar sabía que su madre hubiera hecho hasta lo imposible para que ella estudiara, así que con eso en mente se dio una larga ducha.

Después de salir del baño se colocó su uniforme nuevo en el cual ni se fijo si era bonito o feo, se dejó el cabello suelto mientras se secaba un poco para poder hacerse una cola y se echó un poquito de corrector en las ojeras para no dar tanto miedo, pero sus fuerzas no la dejaron hacerse nada más, tomó sus útiles y bajó al comedor.

Se sentó junto a su padre se sirvió un poco de leche y le echó cereal, comió callada mientras miraba un punto fijo, ese sería el primer día que salía de su casa después de lo ocurrido y aún no estaba preparada para eso, al ser un pueblo pequeño ya casi todo el mundo sabía lo que había pasado, obviamente no lo del cáncer, pero si sabían que su madre había muerto.

El camino al colegio fue silencioso e incómodo, su padre deseaba hablarle, pero sabía que aún no era el momento y ella agradecía que no la obligará a hablar cuando ella aún no quería hacerlo.

Antes de bajarse del carro su padre le dio un fuerte abrazo y un tierno beso en la frente "cualquier cosa que pase me cuentas y si deseas irte en algún momento solo tienes que llamarme y en cinco minutos estaré aquí ¿Ok? ¿Sabes que te amo verdad? Te amo All, espero que te vaya bien en tú nuevo colegio" ella le dio una pequeña sonrisa y se bajo rápido para que notara que sus ojos se habían cristalizado, ya era suficiente con que fuera la nueva, no quería agregarle a eso llorona.

Caminó tratando de no ser vista por la gran cantidad de alumnos que había en ese gran colegio y se dirigió a la secretaría para que le dieran su horario, la señora a duras penas la miró y le entregó una hoja, ella no tenía idea de a dónde ir, pero no quería hablar con nadie así que comenzó a buscar el salón que la tocaba ella sola.

Estuvo vagando por ahí varios minutos y cuando creyó que jamás encontraría ese bendito salón, pues lo encontró. Suspiró y con un poco de temor tocó la puerta, sabía lo que le esperaba y el solo pensarlo le hacía dar vueltas a su estómago y sentir unas grandes ganas de vomitar.

Abrieron la puerta de par en par y vio a una señora algo mayor con unas feas gafas de pasta, la señora tenía el ceño fruncido y con su cabezo le dio una leve inclinación instándola a que pasara, ella algo nerviosa entró y se sentó en una silla de al fondo que estaba vacía, no quería hablar con nadie así que no volteo a mirar a nadie, escuchaba murmullos de la gente hablando de ella, unos decían que era una rara asocial, otros decían que era una creída que veía a los demás como poca cosa, pero hubo un comentario en especial que le dolió, no supo quién lo hizo pero dijo claramente "es tan fea y odiosa que nada de raro tendría que su mamá se hubiera suicidado para no tener que verla", después de eso se escucharon unas risas estrepitosas en todo el salón.

Comenzó a sentirse impotente, quería gritarles a todos que eso no era verdad y que se compraran una vida propia, eso es lo que habría hecho la vieja Allison, pero esta otra solo sentía que debía de irse de ahí lo antes posible así quedara como idiota y diera más de que hablar.

Eso fue lo que hizo, tomó todas sus cosas y las embutió en su bolso y practicante salió corriendo del lugar, habría salido todo genial si no hubiera sido porque una chica le había hecho zancadilla y ella había caído al suelo de manera vergonzosa, con la poca dignidad que le quedaba salió de ese salón corriendo.

No sabía a dónde ir así que lo único que hizo es subir y subir hasta que llegó a una especie de terraza, estaba totalmente sola, se sentó en un rincón y comenzó a llorar, ese día había sido un completo fracaso.






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