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Grayson.

—¿No crees que estaban muy raras?

Íbamos manejando sobre la carretera a pocos kilómetros de llegar a nuestro departamento.
Desde que Lena y Kat se fueron, una sensación extraña se había quedado con nosotros sin intención de marcharse.

—Bastante -Dije en lo que asentía, sin retirar mi vista del frente.

—¿Por qué Kat estaba tan insistente de que ella quería manejar? -Dijo bruscamente -¿Por qué ambas se veían tan pálidas? Como si les hubieran dado una mala noticia...,

Tal vez estábamos demasiado paranoicos.
No tenía nada de extraño que quisieran pasar tiempo a solas. Eran mejores amigas y querían un respiro de sus novios.
Nada inusual.

—Grayson, di algo..., -Me pidió Ethan sacándome de mis pensamientos.

No quería decir nada, sobretodo porque entre más me dijera a mí mismo de que algo andaba mal, más terminaría por convencerme.

—Sólo estás exagerando -Dije intentando cerrar el tema.

—Piénsalo, hermano..., -No se rendía -Lena tiene personas a su alrededor que quieren hacerle daño..., No quiero creer que sea posible, pero puede que algo realmente feo esté ocurriendo.

Negué con la cabeza.

Tenía razón.

Pero no quería hostigarle.
Como nada estuviera pasando, creerían que nuestra intención era vigilarlas y estar encima de ellas.

Pero si algo realmente malo estaba sucediendo, no podría vivir con el hecho de que pude haberlo evitado.

—¿Y si no es nada y se molestan? -Le pregunté volteando a mirarlo, aunque él tuviera sus ojos postrados en el camino.

—Prefiero pedirle disculpas a mi novia por ser demasiado sobreprotector antes que tener que ir a su funeral, hermano.

—No digas idioteces -Le grité, que dijera eso sólo empeoraba las cosas.

Lo analicé por un par de segundos antes de finalmente ceder.
Lo que sea que estuviera ocurriendo, yo iba a ser parte de ello.
No la iba a dejar sola.

—Da la vuelta en el siguiente retorno -Le ordené señalando el cartel que indicaba los metros que faltaban para llegar -Vamos por nuestras chicas.

Hizo lo que le dije.
Condujo como si su vida dependiera de ello.
No le importaba nuestra seguridad ni mucho menos, se metía por entre los autos e incluso estuvimos a nada de estrellarnos contra un Mini Cooper.

La casa de Kat no quedaba muy lejos del centro comercial en el que estábamos. Unos diez minutos más o menos.
Pero ya habíamos recorrido casi todo el camino a nuestro apartamento, el cual estaba en el extremo opuesto de la ciudad.

Por eso Ethan conducía como loco.
En un buen día, en el que nuestras novias no parecían correr peligro, tardábamos unos treinta minutos en llegar. Respetando señales de tránsito y en general a los demás conductores.

Pero teniendo en la cabeza la idea de que algo realmente malo podría estar ocurriendo, era inevitable no perder la razón y mandar todas las normas de seguridad a la mierda.

Me pasó algo parecido cuando tuve el accidente con la motocicleta de Ethan.
La discusión que tuvimos Lena y yo antes de que saliera de la escuela, me nubló la mente.
No pensaba con claridad y mi único objetivo era llegar a mi apartamento para poder sacar mi enojo.

Pero eso no resultó tan bien como esperaba.

Pasados unos quince minutos llegamos a casa de Kat.
Todo se veía escalofriantemente normal.
El auto de Lena estaba estacionado en la cochera como si nada.

In love with the fuckboy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora