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Lena.

Ethan, suéltame, es en serio.

Me tenía sometida contra mi propia voluntad sobre su hombro mientras con su otro brazo me picaba las costillas.

Kat sólo nos miraba a ambos divertida y bastante acostumbrada de vernos haciendo el tonto.

—¡Borra la foto! -Gritó, enfadado.

—No tengo por qué borrarla, es para mis recuerdos.

Ya ni siquiera intentaba luchar, no iba a ceder a lo que me pedía y él tampoco pensaba bajarme en un futuro inmediato.

—¡Kat! -Gritamos al mismo tiempo.

Puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos al mismo tiempo que se ponía de pie y se acercaba a nosotros.

—Magdalena, está mal que le tomes fotos a tus amigos mientras están distraídos para después burlarte.

Me quitó de un sólo movimiento el teléfono para, seguramente, poder eliminar la foto de mi galería.

Puse los ojos en blanco, pero al menos ahora podría poner los pies en el suelo.

—Ahora bájala -Le ordenó.

Ethan obedeció al instante con una sonrisa triunfante y una ceja levantada.
Se alejó ligeramente de nosotras.
Kat me tendió el teléfono esperando a que lo tomara.

—Sólo lo defiendes porque te acuestas con él -Dije en voz alta, con la intención de tomar el celular, pero antes, me tomó de la muñeca y me acercó a ella.

—Le envié la foto a Grayson -Dijo casi en un susurro, antes de guiñar el ojo.

Le sonreí entre divertida y a su vez, agradecida. Seguía siendo mi Kat.
Mi mejor amiga.

—¿Dijiste algo mi amor? -Preguntó Ethan en lo que ponía ambas manos sobre la cintura de Kat.

—Nada, E.

Se inclinó los centímetros suficientes para alcanzar sus labios y comenzar a besarlo como si sólo estuvieran ellos dos en la cocina.

Los vi fijamente por dos segundos antes de sentirme completamente incómoda y desear al cielo que no fuera así como los demás nos veían a Grayson y a mí cuando nos besábamos.

—Odio que se pongan tan afectivos justo cuando Grayson no está en casa -Dije, para ser completamente ignorada.

Sería mejor si sólo les daba su espacio y me iba a encerrar a mi habitación para dormir un buen rato. No me interesaba mucho ver cómo se tragaban vivos

—Voy a...

Antes de siquiera poder terminar mi oración, el timbre de la entrada me interrumpió.

Me extrañé, era raro que nos visitaran, y Grayson tenía su propia llave.
Tal vez las había olvidado.

—Están llamando a la puerta, Lena -Dijo Ethan sin despegar completamente los labios de la cara de Kat.

—Pues ve a abrir -Dije sarcásticamente, con el entrecejo fruncido -Es tu puerta.

—Tienes un año viviendo aquí, Lena, también es tuya -Respondió Kat.

Cuando unían fuerzas podían llegar a colmarme la paciencia si se lo proponían.
La mayoría del tiempo, lo lograban.

Puse los ojos en blanco, de nuevo.

Suspiré resignada y comencé a caminar hacia la entrada. A fin de cuentas pasaría por ahí cuando quisiera irme a mi habitación.

In love with the fuckboy Where stories live. Discover now