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Grayson.

¿Puedes dejar de moverte, por favor?

Estaba dando vueltas inconscientemente por toda la sala.
No podía evitar sentirme nervioso. No entendía que mierda había pasado en casa de Lena.
Sólo me quedaba esperar que estuviera bien.

—Vete a dormir, Ethan. Es tarde.

—Hermano, llevas desde que llegaste con cara de pocos amigos y sin querer decir una palabra ¿Qué pasó?

—¡No sé! Ese es el problema.

—¿Cómo que no sabes? -Se puso de pie y se paró frente a mí para impedir que siguiera caminando -Ya basta Gray, siéntate y cuéntame qué pasó.

Hice lo que me ordenó.
Comencé a contarle todo lo que había pasado en casa de Lena.
Quedó igual de desconcertado que yo.

—¿Y te fuiste así nada más? ¿La dejaste sola? Grayson será muy un jueguito tuyo y todo, pero eso no se hace. Puede correr peligro.

—¡No quería dejarla! Me obligó a largarme..., Me siento muy ansioso, se quedó muy preocupada. Hubieras visto su expresión cuando escuchó que ese imbécil había llegado a la casa.

—Cálmate..., ¿Y si era su papá?

—¿Qué clase de papá le habla así a su hija? Era alguien más...,

—Pues no te va a quedar más que esperar hasta el lunes y que te diga qué pasó.

—¿Crees que no lo sé?

Me observó por unos cuantos segundos con cara de póquer. No podía descifrar qué estaba pensando.

—Gray ¿Por qué te involucras con ella? ¿No crees que si quisiera algo contigo ya lo habrías logrado?

—Si te digo vas a echarme uno de tus sermones que no tengo cabeza para escuchar.

—¿De qué hablas? -Me miró con recelo.

Nunca me había dado pena hablar de mis planes.

—Hice una apuesta con Liam. Estábamos hablando de que era demasiado solitaria y me retaron a acostarme con ella.

Se llevó ambas manos a la cara y suspiró pesadamente.

—¿Apuesta? ¿¡Una apuesta, Bailey!?

—¡Te he dicho que no me llames así!

—Una cosa es acostarte con todas las chicas en la escuela y advertirles que no quieres nada, y otra muy diferente es ponerle precio a los sentimientos de una persona ¿Qué te pasa?

—Lo haces sonar como si fuera un delito.

—Pues debería. Y más cuando se trata de una persona como Lena. A leguas se nota que es una lindura..., ¿Y tú te pones a apostar con ella? Estás muy mal.

—No tuve opción.

Se acercó bruscamente a mí y me dio un zape muy fuerte en la cabeza.

—¿Acaso Liam puso una pistola en tu cabeza amenazándote para que apostaras doscientos dólares por una chica?

—Fueron cien dólares -Dije a regañadientes.

Me miró con los ojos entrecerrados. De verdad se veía enfadado.
Se lanzó hacia mí y comenzó a darme golpes en todo el cuerpo. De alguna manera me lo merecía.

—Tienes que deshacer esa estúpida apuesta.

—Voy a quedar como un mariquita frente a ellos. Les quiero cerrar la boca.

In love with the fuckboy Where stories live. Discover now