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Lena.

—No es cierto...,

Llevaba más de cinco minutos tocando el claxon para que Kat saliera de su casa.

Cuando finalmente salió y nos miró a mi auto y a mí, se quedó boquiabierta.

—Sube. Te llevaré a la escuela -Dije desde dentro del auto.

Obedeció al instante. Abrió la puerta del lado derecho para sentarse en el asiento del copiloto.

Tenía una expresión muy divertida, como si de verdad no pudiera creérselo.

—¿De quién es? -Preguntó analizándolo de arriba a abajo.

—Pues mío -Dije como si fuera muy obvio -¿Nos vamos?

Asintió aún sin cerrar la boca.

Reí por lo bajo antes de encender el auto y avanzar.

Eran esos pequeños detalles los que me hacían olvidar mis problemas por al menos cinco minutos y dejar de sentirme miserable.

—¿Cómo compraste esto, Lena?

—Con el dinero que me dejó mi padre -Respondí sin dejar de mirar hacia el frente -¿No te conté?

Negó con la cabeza, de reojo pude ver que me miraba extrañada.

—No. Probablemente sólo se lo contaste a...,

—Mi padre me dejó mucho dinero -La interrumpí de golpe -Ya era hora de que me comprara un auto.

No la dejé terminar su oración, sabía perfectamente a quién iba a mencionar si la dejaba acabar.
Era mejor ni siquiera pensar en él.

—¿Ya no querías que Adam estuviera llevándote?

Me encogí de hombros.
Tampoco quería hablar sobre él.

—Sólo quería comprar un auto ¿de acuerdo? -Dije con la intención de dejar ahí el tema.

Asintió sin dejar de mirarme.
Sabía que en el fondo quería seguir hablando de ello.

—Lena..., He estado yendo al apartamento mucho últimamente, ya sabes, para estar con Ethan.

Había comenzado a apretar el volante con las manos. Como siguiera hablando, iba a darme un ataque de nervios.

—Qué bien -Dije intentando parecer desinteresada.

—Estuve hablando con Grayson el otro día...,

—¿Quieres un café? -La interrumpí al darme cuenta lo cerca que estábamos de Grinder's.

Negó con la cabeza, de reojo pude darme cuenta que no le gustó que la hubiera frenado.

—No, Lena. No quiero un café. Quiero hablar contigo seriamente sobre lo que hablé con G...,

—¿Sabes que empecé a salir con Adam? -Solté de golpe, en un intento por no volver a escuchar su nombre.

Detuve el auto poco a poco gracias a una luz roja.

Volteé a encarar a Kat, intentando dibujar una sonrisa en mi rostro, que se convirtió más bien en una mueca.

No sabía si en su mirada cabía el enojo, la sorpresa, el entusiasmo, o la apatía.

Estaba sorprendida, obviamente, pero seguramente nada contenta con la noticia.

—¿De qué estás hablando? -Preguntó, con un toque de enfado.

—Me pidió una oportunidad y pensé ¿por qué no?

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