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Lena.

Podría apostar sin ningún problema que esa había sido la decisión más difícil de mi vida.

Era por mi bien que me alejara de Grayson. No debía perdonarlo, ni podía hacerlo.

De sólo mirarlo me entraban unas ganas terribles de llorar y querer golpearlo.
No podía siquiera verlo sin sentirme estúpida y ultrajada.

Pero no estaba tan sola.
Aún tenía a mi querida tía, que había sido tan amable de dejar que me mudara a su casa sin hacer una sola pregunta.

Tenía a Ethan. Que después de pensar bien las cosas, él no tenía la culpa de tener una basura por hermano. Genuinamente quería mucho a Ethan y sabía que él había estado obligado a guardar ese secreto por no sentir que traicionaba a Grayson.

Tenía a Kat.
Estaba segura de que ella no podría estar enterada de lo que sucedía.
Me lo habría dicho al enterarse. Porque eso hacen las mejores amigas.
No podía equivocarme con ella.
No soportaría saber que también mi mejor amiga..., La única que tenía, me hubiera mentido también.

—¿No vas a terminar tu desayuno, cielo?

Estaba tan inmersa en mis propias ideas que se me había pasado por completo que estaba en el comedor y tenía que apurarme para llegar a la escuela.

—No tengo mucha hambre, tía..., Además, se me está haciendo tarde.

—Déjame que te lleve, Solé -Intervino Adam.

Negué con la cabeza mientras recorría mi plato hacia adelante indicándole a una de las empleadas que ya podía llevárselo.

—No te molestes...,

—No era una pregunta real, Lena. No voy a dejar que vayas tú sola por esos rumbos -Se limpió la boca con su servilleta antes de ponerse de pie -Te espero en el auto.

Ya ni siquiera le podía tomar importancia a las cosas.
Era como si estuviera totalmente seca por dentro. Nada me emocionaba, ni me enfadaba, ni me causaba ningún tipo de sensación.

Todo me parecía superficial. No importaba nada.

Estaba vacía.

—Ya verás que todo se va a arreglar, mi cielo -Dijo mi tía en lo que ponía una mano sobre la mía intentando reconfortarme -Y que me cuelguen si no es así.

Asentí.
Sonreí sólo por no hacerle la grosería de ignorarle, pero una sonrisa no me salía ni a golpes por sí sola.

Quién iba a sonreír en un momento así.

—Mejor me voy antes de que se haga más tarde -Dije poniéndome me pie.

Rodeé toda la mesa para poder ir a despedirme de mi tía.
Al ver que me acercaba a ella, se puso de pie con los brazos abiertos.

—Que te vaya bien, Solé..., Te adoro muchísimo.

Le correspondí el abrazo sin poder medir mi fuerza. Lo más que necesitaba en ese momento era eso. Necesitaba sentirme apoyada, de lo contrario iba a colapsar.

—Te veo al rato.

Asintió mientras me alejaba de ella.

Comencé a caminar a la salida del comedor hasta llegar al recibidor.
Buscaba mi mochila con la mirada, pero no estaba.

No fue hasta que escuché la puerta de la entrada abrirse que vi a Adam sosteniéndola sobre su hombro.

—Eres muy lenta, Lena -Dijo como broma -Vamos.

In love with the fuckboy Where stories live. Discover now