Monstruo del purgatorio

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Nara Tn

Tras absorber mi alma, sentí como mi cuerpo volvía a aceptarme. Con cada parte de mí que estaba siendo absorbida, podía notar como se restablecida la fuerza de él. Sin embargo, ya no era una guerra física, era una guerra psicológica y era ahí cuando entraba en combate los poderes que Hoseok me enseñó.

- Sabías que te estabas muriendo, ¿Verdad? - pregunté mientras que la miraba detenidamente.

- Solo iba a conseguir mi venganza y con ello morir en paz, pero ni siquiera puedes mantenerte al margen de esto.

- No, claro que no puedo. Estas usando mi cuerpo, ¿De verdad creías que no vendría a buscarlo? Fue estúpido por tu parte.

- ¿Qué piensas hacer ahora? Puedo volver expulsarte.

- ¿De verdad? Estás débil  y ahora tengo el poder suficiente para hacer que veas tu propia destrucción. - la toqué ligeramente y después creé el mundo en el que ella había vivido. 

- Tú, trajiste la destrucción contigo, pero no fue suficiente, ¿Verdad? - cada imagen que mostraba, estaba encaminada al cambio drástico que había sufrido. El reencuentro con Jungkook aquel amor inocente y puro que surgió entre ambos, ese amor mutuo, ese amor que traería al mundo a una criatura, a Elda.

- ¿Por qué me estás mostrando esto? - preguntó al instante.

- Verás, ni el cielo, ni el infierno te hizo ser quién eras. Tu propia corrupción te hizo convertirte en el monstruo que eres, ni siquiera el infierno está listo para tener a alguien como tú. - dejé que viera como abandonaba a su hija, como la dejaba para morir, pero sobrevivió. Dejé que viera la vida trágica que había tenido su hija, mientras que ella enmascaraba sus acciones y su odio hacia los ángeles. 

- Esa niña...

- Esa niña, es la persona que viste ahora. ¿Dime acaso tienes derecho a todo esto? Déjame decírtelo no. Así que estas son mis palabras. Arde en lo más oscuro del infierno, porque te prometo que hoy será el último día que serás capaz de verlos. - agarré su rostro y después cerré mis ojos. Estaba absorbiendo su energía, estaba expulsándola de mi cuerpo y con ello, estaba haciendo que olvidará todo. 

- Tú serás la nueva  vigilante del purgatorio. - tenía el poder suficiente para poder enviarla hacia allí. 

Salió de mi cuerpo y después cayó directamente al infierno, hacia el purgatorio, aquel lugar que era peor que el propio infierno. Allí, su existencia se esfumaría, ni siquiera recordaría ser humana, para ella no existiría nada más que aquella misión, estaría doblegada a mí. Por esa razón aquellos huesos que habían quedado de aquel monstruo, volverían a levantarse y sería ocupada por aquella alma corrompida y malvada, iba a ser albergada por los restos del alma de Nora.

Poco a poco comencé a sentir como mi herida se curaba y comencé a tomar el control de mi cuerpo, aquel dolor era tan real que incluso pensaba que realmente iba a morir. Pero dentro de aquello sentí la calidez de una persona, sus sollozos resonaban en mí y al escucharle pronunciar mi nombre, lo supe. 

- Gracias por quedarte a mi lado. - pronuncié mientras que abría ligeramente mis ojos y pronunciaba aquellas palabras con dificultad.

- Eres idiota. - me abrazó con fuerza, por lo que al instante lloré mientras que aceptaba su abrazo. Mi cuerpo estaba más recuperado, por lo que intenté incorporarme, cosa que logré con ayuda de Suga.

-¿Y Jungkook? - pregunté al ver como había un montón de demonios aún.

- Luchando, tenías razón. Por su hija es capaz de dejar a Nora.

- Nora le traicionó. No hay nada más importante para un ángel caído que un hijo. - expresé tras sonreír. Levanté mi mano hacia el cielo, varios rayos comenzaron a caer hacia a mí, por lo que Suga se apartó de mí. - Regresar al infierno. - grité con todas mis fuerzas. 

En ese momento todos aquellos demonios se pararon y comenzaron a retrocer, sin embargo no era lo único que estaba cambiando. Sentí como algo que estaba roto, como mis heridas comenzarán a curarse más rápido de lo que mi sangre demoníaca podía. Cuando esos rayos desaparecieron, sentí como algo en mi parte de atrás estaba allí. 

- Vuelvo a ser un ángel. - reí frenéticamente mientras que lo veía. Ya no era la reina del infierno, ahora era un ángel nuevamente. Mis alas desaparecieron y fui rápidamente hacia Suga. Salté en sus brazos y lo besé.

- Lo lograste. - expresó tras acariciar mi rostro.

- No, lo logramos. Te amo, Suga. - sonreí mientras que lo miraba fijamente.

- Pensé que nunca te lo escucharía decir. - me besó nuevamente por lo que continué aquel beso.

- Y nosotros pensando que estabais luchando. - interrumpió Hoseok mientras que los miraba. - ¿Estáis todos bien? - pregunté.

- No tanto como nos gustaría estar, pero estamos bien. - sin duda estaban magullados, pero estaban vivos y eso lo que realmente me importa.





La verdadera identidad del infierno (2 parte de enamorada del Diablo)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें