Mi cordura se fue contigo

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Narra Jin

- ¿Crees que estarán bien? - preguntó Claire un tanto nerviosa.

- Claire, esta no es nuestra lucha. No podemos ir al infierno, no después de como están las cosas. Lo mejor que podemos hacer es mantenernos al margen.

- Todo esto también es por mi culpa. - gritó ligeramente.

- Eres humana ahora, no voy a dejar que te pongas en peligro. - expresé al instante. Agarré sus brazos mientras que me enfadaba ante su terquedad. - tu hija es fuerte y no esta sola, va vencer cualquier cosa.

- No quiero perderla de nuevo. - me miró ligeramente a los ojos, por lo que la abracé al instante.- Tú eres mi responsabilidad ahora, así me lo hizo saber Tn. ¿Por qué crees que te repudiaba tanto? - pregunté con una sonrisa. En ese momento su rostro se inundó de lágrimas por lo que levanté mi mano y se lo limpié.

En ese momento supe que si quería arriesgarme, ese era el momento. Me incliné y después la besé. Por un segundo pude sentir su sorpresa en sus labios, sin embargo pude sentir como dentro de esa sorpresa estaba algo llamado deseo o tal vez algo parecido al comienzo de un amor.

- Parece que eso te tranquilizó. - me separé de ella y después reí. 

- No me trates como una niña. Soy mucha más vieja que tú. - intentó golpearme cuando la esquive.

- Sabes, de tal palo tal estilo. - pronuncié tras sonreír.

- Al menos, deberías de saber que un ángel jamás se queda con los brazos cruzados. - en ese momento me sorprendí al ver la velocidad con la que se movió. Me atrapó y después me miró fijamente. - Estás a mi merced. - su boca se torció en una media sonrisa.

- Parece que eres un ángel de nuevo.

- Un regalo de arriba. - me soltó y después me miró. - ¿Ahora puedo pensar en que estás es mi guerra? 

- Sin duda actúas demasiado bien. - expresé al saber que todo lo anterior había sido un papel creado por ella.

- Bueno, después de todo quería saber de que lado estabas. Después de todo... eres el lacayo del rey del infierno.

- ¿Y ahora que lo sabes? ¿Qué es lo que has pensado? - pregunté intrigado.

- Lo primero de todo. No te atrevas a volver a besarme. - Hubiera creído en su amenaza si no hubiera agarrado mi camisa  y me hubiera llevado hasta ella, me miro durante un segundo y después me besó.

- ¿Acaso planeas desatar mi locura? - pregunté tras agarrarla y chocarla contra la pared mientras que mi boca y su boca se buscaban, se juntaban y se deseaban como si fuera algo que ya no se podía parar.

- Planeo tener a mi merced. - expresó tras dejar de besarme y salir hacia la salida de la casa. - ¿Acaso planeas quedarte aquí? 

- Me quitas la poca cordura que me queda. - pronuncié tras sonreír y después ir hacia ella. Salimos de la casa y nos dirigimos nuevamente al cielo.

La verdadera identidad del infierno (2 parte de enamorada del Diablo)Onde histórias criam vida. Descubra agora