La verdadera identidad del infierno (2 parte de enamorada del Diablo)

Doppelgänger

Narra Suga

Aquella chica que se asemejaba  a Tn, se había vuelto a meter en aquel lugar. Centré mis ojos en aquel hombre, por su reacción desde luego debía de saber algo y estaba a punto descubrirlo.

- Sígueme. - expresó escuetamente. Aquella forma de moverse, aquella tranquilidad en mascarada con un plan, sin duda era un ángel.

- ¿Eres un ángel cierto? Al igual que esa chica, Halia ¿No?

- ¿Quién te envió aquí? - preguntó obviando todas las preguntas que estaba haciendo. Aunque supe al instante que si quería una respuesta, primero debía de responder las suyas.

- Me llamo Suga y he venido a buscar al amor de mi vida, a Tn.

- ¿Y si Tn ya no estuviera? - preguntó tras mirarme de reojo.

- Estoy segura de que sigue viva.

- Yo  no dije que estuviera muerta. Solo, que tal vez no es la persona que recuerdas. ¿Qué harías esta vez, para enmendar los errores del pasado?

- Haría todo lo que estuviera en mi mano. 

- Ese todo tiene un precio y ¿Si esta vez no son sus alas?. Sino tu vida o puede que la de tu hermano. ¿Dejarías que volviera a tomar aquella decisión?

- No, prefiero morir a ver como sufre. - expresé sin pensarlo.

- Suga, es posible que te sorprendas ahora. Por esa razón no quería que te acercaras a ella, pero al igual que no recuerda lo que pasó, tampoco recuerda lo que es ser un demonio y por tanto tampoco recuerda lo que le pasó con sus alas y mucho menos aquella infancia solitaria.

- No me recuerda. ¿Dónde esta ella? - quería encontrarla a toda costa.

- La chica que buscas, no es otra que Halia.

- Es imposible. -  pronuncié mientras que pensaba en aquella chica que había visto antes. -Ella no tiene cicatrices, ella no es como Tn. Aunque...

- Aunque si tiene su esencia y su alma. Es lo que acabas de pensar, ¿Verdad?

- Cómo lo has sabido. - respondí perplejo, sabía absolutamente todo.

- Te contaré una historia, pero no aquí. Sígueme. - caminamos en silencio hasta una pequeña cabaña. Entré al interior y me sorprendí al ver que era más espaciosa de lo que podía ver a simple vista.

- Ya estamos aquí, ¿Cuál es esa historia? - estaba ansioso por saber que es lo que había pasado, como Tn ahora se llamaba Halia.

- ¿Has oído hablar de los Doppelgänger? - se sentó en una de las sillas y después me miró.