¿Qué cambiaría?

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Narra Suga

- ¿Es cierto?- sus ojos me pedían o más bien me suplicaban que le diera una respuesta.

- ¿Qué cambia si digo que sí?- pregunté.

- Eso me hace preguntarme cuantas cosas de las que me habéis contado es verdad.- 

- Todas historias son verdades.- mentí. 

No podía decir nada de todo aquello, no podía decir que en realidad sabía quién era desde el principio y que la lucha contra mi hermano no fuera por que pensara que me yo la estaba robando. Más bien, él me estaba robando a mi ángel. 

Aquella lucha era por el bien de ella, debía de alejar a mi hermano de ella, de el mundo de lo demonios y fue lo único que se me ocurrió.

Aunque no podía decir que no me enfadará el hecho de que ella le dio su alma a mi hermano, el hecho de que me olvidará.

- Por favor, dime la verdad. ¿Todo lo que hiciste hasta que nos volvimos a encontrar fue por mí?- preguntó tras dar un pasó hacia a mí. No podía o más bien no quería controlarme, quería besarla, quería tocarla.

- Todo fue por ti.- cuando vi su rostro me di cuenta de que quería ser escogido por ella.

Rápidamente fui hacia ella y la besé. Posé mi mano en sus muñecas mientras que ella sostenía mi rostro con gentileza.

Los labios con los que tanto había soñado estaban tocando los míos. Me moví un tanto brusco hasta que apoyé su cuerpo en uno de los árboles. Subí mis manos hacia su cuello y ella rodeó el mío con sus brazos. 

La distancia que antes podía haber ahora ya no existía. En ese momento aproveché para dejar pasó a mi lengua en su boca. Un pequeño gemido salió de su boca, aquello solo me daba más ganas de dar el siguiente paso. 

- Deberíamos de salir de aquí.- en ese momento me di cuenta que el fuego que sentía en mi interior también lo sentía ella. 

Se separó de mí, sus ojos me miraban con deseo de querer más y más de mí. Su respiración estaba agitada, su corazón hacia demasiado ruido, me preguntaba si mi corazón también sonaba de aquella forma. 

Acarició mi brazo y después tomó mi mano con suavidad, caminó hacia fuera del jardín, por lo que la seguí. Nuestros ojos se movieron por cada rincón de aquellos pasillos, lo último que quería era un problema.

- ¿Está bien si deseo todo? ¿Si quiero quitarte la ropa ahora mismo?- nada más entrar en mi cuarto. La apoyé contra la puerta y la besé nuevamente.-

- No puedo entregarme a ti.- expresó tras separarse de mí.- Quiero hacer las cosas bien, hablaré con tu hermano.- ante aquellas palabras no pude hacer nada más que respetar su voluntad y aunque ahora debía de esperar sabía que era cuestión de tiempo que ella regresara a mí.

Espero que os guste, gracias por leer 💜💜

La verdadera identidad del infierno (2 parte de enamorada del Diablo)Where stories live. Discover now