Deseaba tu caricia

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Narra Halia

- Deberías de cambiarte tú también. - expresé tras salir detrás de aquella sábana. Sus ojos me estaban analizando de arriba abajo aunque rápidamente se levantó y me esquivó.

- Podía verme. - pronuncié en voz baja mientras que veía a través de aquella sabana, el reflejo de su cuerpo y por un segundo recordé su mano acariciando mi rostro. Cerré mis ojos y por un segundo imaginé que me tocaba más allá de mi rostro.

- Halia. - al escuchar mi nombre salí del trace, cuando me di cuenta de que le tenía delante de mí, a apenas unos centímetros de distancia.

- ¿Que haces? - pregunté tras levantarme rápidamente y aparté de él.

-  Parecía que estabas como en trance.

- No lo estaba, solo estaba pensando en algo.

- Pues no pienses demasiado, parece que te pasa algo raro.

- Muy gracioso sabes. Suga, hay algo que quiero preguntarte. - pronuncié un tanto seria.

- Parece importante.

- Solo se trata de un sueño. Soñé con un hombre. - pronuncié un tanto insegura, sobre todo cuando vi su rostro.

- ¿Hoseok? 

- No, alguien llamado Namjoon. - le miré detenidamente y esperé una respuesta. Aunque rápidamente su gesto se torció.

- ¿Qué fue lo que soñaste? - preguntó intrigado.

- Nada malo, te lo prometo. - expresé al sentir su enfado.

- No estoy enfadado.  Solo cuéntame que es lo que soñaste. - caminó hacia el fuego y después se sentó. Lo seguí y después me senté cerca de él.

- Solo soñé con que se presentaba ante mí. Bueno, también soñé con otro hombre, ahora que lo recuerdo, se llamaba como tú y me dijo que mi padre no vendría a casa. Es una locura, yo no conozco a mis padres.

- Solo olvídalo habrá sido un mal sueño. - levantó su mano y después me acarició mi cabeza.

En ese momento miré hacia el fuego, mientras que por alguna razón deseaba que jamás parara de tocarme. Bajó su mano y la posó encima de la mía, por lo que la entrelazó.

- No voy a dejarte nunca sola. Voy a permanecer a tu lado. - aquellas palabras me hicieron sentir algo en mi interior.

- No puedes. Tú... estabas buscando a alguien. - pronuncié tras mirarlo.

- Créeme cuando te digo que ya la encontrado. - expresó mientras que me miraba fijamente a los ojos.

En ese momento sentí un sentimiento familiar, y por alguna razón, no quería dejar escapar aquello.

La verdadera identidad del infierno (2 parte de enamorada del Diablo)Where stories live. Discover now