El Cerezo De Akatsuki

La verdad

- Antes de empezar... -Sakura hizo un sello y cubrió la habitación de una capa que evitaría que alguien escuchase la importante y reveladora conversación. También uso su Doujutsu para crear una ilusión y que desde el exterior pareciese que los tres estaban profundamente dormidos-. Listo, ya podéis hablar.

- Dudo que sea algo difícil de entender 'ttebayo, si no tendré un problema...

- Tranquilo, Naruto-kun, no es algo difícil de entender, de hecho... Me preocupa más como te lo tomes tú... Sasuke-kun.

- Empieza ya, no te preocupes por mí.

Sakura relató la historia de su "familia". Naruto y Sasuke estaban sorprendidos y no dijeron nada mientras Sakura iba contando todo. De vez en cuando podían notar que los ojos de Sakura se aguaban, pero ella cerraba los ojos y continuaba narrando. No les contó toda la verdad, pero tampoco dijo ninguna mentira.

- Entonces... ¿Conoces a mi hermano? -fue lo único que Sasuke fue capaz de decir. Nada más salió de su boca. Se levantó, y salió a fuera por un momento. Desde el interior, Sakura y Naruto pudieron escuchar como Sasuke soltaba un gran grito al aire seguido de una explosión. Los dos se levantaron por la sorpresa, alarmados por si a su compañero le había pasado algo. Para su suerte, Sasuke entró por donde había salido sin ningún tipo de rasguño.

- Lo que me has contado... Si voy a Akatsuki... Contigo... ¿Podré verle? -dijo mirando hacia otro lado, evitando el contacto visual con Sakura.

- Obviamente quiere ir a ver a su apestoso hermano -dijo Haku sin ocultar su voz.

- ¡¿Quién?! -exclamó Sasuke.

Junto a Sakura, apareció un lobo, Haku se había mostrado por primera vez delante de ellos. Naruto soltó una risilla y Kurama apareció a su lado.

- Él es Kurama 'ttebayo.

Sasuke los miró a los dos con desprecio, pero ese sentimiento fue rápidamente sustituido por celos. Ellos dos tenían algo en común que él nunca podría tener. Incluso el pelirrojo con el quq había perdido era un Jinchuriki.

- Ya veo... Habéis estado ocultándome esto... Todo este tiempo...

- No exactamente -dijo Sakura-. Naruto sólo sabía que yo era portadora porque se podría haber muerto, y no es eso lo que los Akatsuki quieren.

- Pero... -Sasuke apretó los puños-. Yo... Mi hermano...

Sakura miró a Naruto y él asintió. Comprendió lo que su amiga quería. Se levantó sin decir nada y fue al baño.

- Sasuke-kun, yo... siento que no soy la indicada para explicarte nada. Sé que es difícil, pero lo único que puedo pedirte ahora es que tengas fe en mí, y que creas que con el tiempo podrás verle.

- No lo entiendes. Yo... Quiero matar a mi hermano... Pero... Es tu familia... Sí, también es la mía pero... No puedo creerme que... Tú... Me esta costando entender... todo... -al pronunciar la última palabra, Sasuke levantó la mirada. Sakura se sorprendió. El Mangekyou Sharingan en los ojos de su compañero no significan ninguna buena señal.

- Lo siento, Sasuke-kun. No quería que te sintiera traicionado -dijo Sakura tomando la mano de Sasuke y acercando su palma a su cara-. Te pido que me perdones y que sigas siendo mi amigo -sin darse cuenta, Sakura estaba derramando lágrimas.

Sasuke la miró. En el reflejo del cristal de la puerta que daba hacia el balcón, vio su reflejo. El color de sus ojos y la forma de su Sharingan le sorprendió, era su Mangekyou. Por un momento, el poder le abrumó, pero en seguida, el sonido suave de unos gemidos de dolor y llanto lo apartaron de sus pensamientos. A su lado, una chica poderosa pero indefensa estaba llorando, y además era su compañera y la persona que más quería. Desactivó su Sharingan y con su otra mano acarició el cabello de Sakura.

- Lo siento... No quería hacerte llorar -dijo con sinceridad.

- No... Es mi culpa en cierta manera... Te oculté cosas... Y sabía que no te iba a gustar escucharlas pero yo aún así te las oculté...

- Gracias por confiar en mí -sonrió para Sakura. Para ella no era la primera vez que veía al chico sonreír, pero sí era la primera vez que le sonreía de esa manera tan tierna-. ¡Hey, Usuratonkachi! -llamó Sasuke a Naruto.

Naruto asomó la cabeza por la puerta del baño para comprobar que ellos dos no habían destruido nada. Salió con una sonrisa de zorro deseando burlarse de Sasuke por haberse tomado tan mal la verdad.

- Dobe... -le llamó maliciosamente. Tan sólo se rió un poco del Uchiha al ver que Sakura tenía rastros de lágrimas en los mofletes-. No vuelvas a hacer llorar a Sakura-chan... -dijo con un tono suave.

- Ahh...

- Bueno, ahora que los inútiles estos saben la verdad... ¿Cuál es tu plan? -le preguntó Haku.

Sakura no contestó. Se hundió en sus pensamientos y sus compañeros, al entender la situación, se dijeron mutuamente "buenas noches" y se acostaron donde podían. Mientras, Sakura permanecía absorta en sus pensamientos. Es cierto, no lo había pensado porque nunca se había planteado la situación donde les dijese la verdad. Y mucho menos a esta edad cuando aún son Gennin.

- Lo único que puedo hacer ahora es... Llevarlos con mi familia.

Ese mismo día, en una cueva, los Akatsuki habían recibido un mensaje de Haku. Sabían que Sakura se había recuperado y eso había causado un gran alivio en ellos. Incluso hubo momentos donde se plantearon asaltar Konoha sólo para comprobar que ella estaba bien y para traerla de vuelta a casa. Incluso Pain estaba preocupado por el estado de la chica. Al fin y al cabo, era la primera vez que Sakura experimentaba algo como eso, estando fuera de un Genjutsu.

Incluso Gaara, el joven Jinchuriki de Ichibi, había estado inquieto durante las últimas semanas por el estado de Sakura. En varias ocasiones quiso ir a Konoha, pero no siempre que quería, no podía abandonar su aldea sin permiso. Y al igual que los Akatsuki, había pensado en asaltar Konoha, sin causar daños esta vez. Sakura había conseguido que su corazón se agitase, que le doliera el pecho sin recibir daño, y que su anhelo por volver a ver a la persona que más quería le estuviese quemando por dentro como si se hubiera tragado brasas.