Pensamientos

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- ¡Bienvenida Sakura-chan! -le dijo animado Tobi.

- Enhorabuena pequeña -dijo Kisame abrazandola dejando a todos estáticos.

- ¡Gracias a todos! -dijo feliz y con una sonrisa muy linda.

- Aprovechando que estamos aquí, vais a ir a una misión, vuestra primera misión -dijo Pain al nuevo equipo-. Iréis a una aldea, la aldea del lago. Tenéis que ser sigilosos y robar unos pergaminos importantes.

- ¡Hai! -dijeron los dos felizmente.

- Sakura-chan, ten cuidado.

- Os vais mañana en la mañana. Eso es todo por el momento, retiraos.

Todos salieron de allí, felicitaron a Sakura y se fueron a hacer sus quehaceres. Tobi y Sakura se fueron juntos al campo de entrenamiento. Lucharón como entrenamiento. Tobi aprendió un poco el estilo de lucha de Sakura mientras que la pequeña peli-rosa aprendió a la perfección los movimientos de Tobi.

- Sakura-chan, tienes el Sharingan ¿cierto? ¿Sabes usarlo? -le preguntó.

- Sí. No se utilizarlo a la perfección como Tobi-kun o Itachi-san -dijo-. Pero quiero aprender a manejarlo también como ustedes dos.

- ¡Tobi también quiere mejorar! ¡Nee, nee! ¡Trabajaremos juntos de ahora en adelante!

- ¡Sí!

- ¿Y qué piensas sobre los Akatsuki y Tobi-kun?

- ¡Sois buenos!

- Hm, hm -asintió animado-. Pero sabes, nosotros cometemos muchos crímenes, lo sabes ¿cierto?

Sakura no contesto, se quedó pensativa por unos segundos. Sabía perfectamente lo que quería decir con crímenes. Ella había matado a su propio clan y había hecho volar por los aires a una aldea completa.

- Sí. Pero... No sois malas personas, sois como yo. Personas que tras mucho dolor cometieron un crimen y  el resto de personas ya nos marcan como crimínales, mientras que las personas que nos causaron ese dolor siguen libre por el mundo.

- Esta niña... -dijo Tobi quitándose la máscara-. Eres muy lista pequeña, me alegra estar contigo en el mismo equipo -dijo acariciando los cabellos de la peli-rosa-. Me recuerda a ella... -pensó para sí.

- Tu rostro... ¿Qué te ocurrió Tobi-kun? -preguntó con curiosidad.

- Es una larga historia que algún día quizás te cuente. Y cuando me quite la máscara... Llámame Obito, ¿sí?

- ¡Sí! No te preocupes Obito-kun, siempre te ayudaré en todo lo que pueda.

- Arigato, entonces... En un futuro, quiero verte crecer y que pelees con mucho ninjas poderosos. Yo te protegeré -dijo con una sonrisa de esas que le dedicaba a sus ex-compañeros ya se le había olvidado qeu tenía.

- Y yo no dejaré que esos tipos te toquen ni un solo pelo rosa -dijo Haku internamente a Sakura.

- No te preocupes Haku. ¡Tobi-kun es un buen chico! ¡Él me protegerá!

Después de dejar el tema, ambos se fueron a descansar para la misión que tendrían al día siguiente por la mañana. Sakura estaba revisando unos pergaminos que tenía en su habitación. En ellos había ropa y unas sábanas de repuesto.

- Los Akatsuki piensan en todo -comentó Haku.

- Sí. me alegra que les haya agradado. me sentiría mal si no estuvieran conformes... Quiero decir, a ver, si no les agrado, no es justo que yo este aquí ¿entiendes?

- Sí pequeña, pero debo decir que te explicas igual de bien que un libro cerrado y sin el título en la portada -dijo el bijuu con sarcasmo.

- Muchas gracias.

- De nada pequeña -dijo él guiñándole un ojo-. Cambiando de tema, ¿estás a gusto en este lugar? -le preguntó con mucha curiosidad.

- Sí. Todos son muy amables y buenos... Sé más o menos lo que son, criminales y asesinos... Pero solo hacen lo que creen, traer l paz al mundo... Quizás no lo hacen de la mejor manera, pero luchan protegiendo a aquello que quieren. ¿Eso esta mal?

- A veces me sorprendes... A tu edad eras más madura y sabia que muchas personas... Por el momento, lo único que te puedo decir es lo que yo pienso. El bien y el mal son cosas abstractas, no se sabe bien cuál es cual. Puedes creer que haces el mal pero haces el bien, o puedes hacer el bien para ti pero el mal para los demás... Es difícil de comprender por el momento, no te preocupes peque, con el tiempo irás entendiendo la crueldad del mundo de los adultos.

- Ya veo... Quieres decir que aunque cuando para nosotros parezca que estamos haciendo el bien, a la vez estamos haciendo el mal para muchas otras personas. O cuando estamos haciendo el mal, a la vez podemos estar haciendo el bien para otras personas.

- Sí... Me sorprendiste otra vez.

- Tehee!

Mientras hablaba con Haku, Sakura estaba ordenando la ropa que los Akatsuki -Konan- le habían preparado en el armario. Era una habitación bastante grande. Suficiente para una niña. Con un armario, una mesa y una silla, una mesita de noche junto a una cama... y lo más importante, un cuarto de baño propio.

A Sakura le gustaba la idea de tener su propia habitación. Su padre no le dejaba dormir bajo el mismo techo que él. Al lado de la casa principal de los Haruno, había un pequeño cobertizo donde la pequeña Sakura dormía sola en un montón de paja con una pequeña manta.

En invierno la pasaba muy mal. Debido a que solo tenía una sábana y ni hablemos del frío que hacía, era fácil para la pequeña que enfermase u muriera por hipotermia. Pero gracias a Haku, quien le dio de su chakra y durmió con ella para darle calor todos los días podía pasar los inviernos.

- Sakura... -le llamó-. Me alegro de que estés bien -le dijo apareciendo a su lado.

El tamaño era como el de un lobo un algo más grande. Sakura ya había terminado de ordenar todo y estaba cansada. Se sentó en la cama y se tumbó sobre una de las patas de Haku.

- Estás... Muy suave... -dijo adormilada.

- Buenas noches, Sakura.

La pequeña se durmió en seguida.

- No me extraña, es la primera vez que duermes en una cama tan cómoda... No te preocupes, pase lo que pase, siempre te protegeré. Si no hubiera sido porque aún eras muy pequeña y era peligroso darte de mi poder, ese viejo bastardo no te hubiera hecho ningún daño... -se culpó-. En verdad... Lo siento.

Dicho esto, él también se acurruco y se durmió.

A la mañana siguiente, Haku seguía junto a la pequeña, él ya estaba despierto pero no podía levantarse porque la pequeña estaba durmiendo abrazada a su brazo.

- Prefiero que se me duerma por muy desagradable que sea esa sensación a tener que despertarla.

- Haku... -dijo adormilada-. ¿Qué hora es?

- Es el amanecer -dijo.

- Misión...

- Hm.

La pequeña se levantó con pesar. Se sentó al borde de la cama y se abofeteo las mejillas a sí misma suavemente.

- ¡Yosh! ¡Ikeeee! -dijo volviendo a ser la misma niña animada.

Haku volvió al interior de Sakura y ella fue al baño a alistarse. Nada más terminar, preparo su mochila con unos pocos kunai y unas vendas por sí acaso. Salió de su habitación, no sin antes darse la vuelta y observarla con y una leve sonrisa en el rostro.

- ¡Adiós vida pasada! ¡Hola nueva vida!

¡Gracias por leer! (¡Y pos su paciencia!)

El Cerezo De AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora