ᴄᴀᴘ 19: ᴜɴ ᴀsᴇsɪɴᴏ sɪᴇᴍᴘʀᴇ sᴇʀᴀ́ ᴜɴ ᴀsᴇsɪɴᴏ

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—Buenas noches, Marcos —saludo, quitándome la máscara. Su sorpresa es evidente al verme—. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.

—D-Dominik, ¿c-cómo es qué estás aquí? —pregunta con nerviosismo y se sienta sobre la cama—. T-tú estás m-muerto...

—Sí; me he tomado la molestia de venir del más allá para visitar a un viejo amigo de la familia.

—¿C-cómo... cómo es que estás vivo?

—La vida quiso darme una segunda oportunidad para poder vengar la muerte de mi amada familia —digo con burla, entonces me mira de pies a cabeza y su rostro palidece cuando nota mi hermoso cuchillo aún con la sangre de su mayordomo.

—E-esa mascara y ese cuchillo... tú eres el asesino del que tanto hablan.

—¡Acertaste! ¡Guau! Eres muy inteligente, me sorprendes.

—¡Fuiste tú quién asesinó a los demás!

—Claro que fui yo, me impresiona el hecho de que puedas seguir con tu vida como si nada. ¿A caso no presentías que tarde o temprano vendría por ti?

—No, y-yo... yo no tengo nada que ver. Dominik, todo lo que pasó con tu familia fue un malentendido...

—Ah, claro, no eres culpable de nada. Soy yo el que entiende mal las cosas. Sí, lo sé... siempre es así, ¿no?

—¡Yo no quería que nada de eso pasara!

—Lo sé, lo sé... tú no eres culpable. De igual manera yo no seré el culpable de nada de lo que pase hoy.

Sonrío con demencia mientras le muestro mi cuchillo y doy unos cuantos pasos hacia él. Entonces se mueve y saca un arma del cajón de la mesa de noche y sin más dispara hacia mí. Apenas logro evitar la bala que, solo rasga mi brazo. Siento un agudo dolor, pero no me detengo; no es una herida que deba preocuparme.

El sonido del disparo provoca que su mujer despierte asustada, pero antes de darle tiempo a saber qué ocurre, lanzo mi cuchillo con tanta potencia que se entierra exactamente en su cuello, y sin hacerse esperar, la sangre comienza a salir casi a chorros. La mujer pone los ojos en blanco antes de caer hacia atrás, ya sin vida.

Marcos mira con horror a su esposa y sus lágrimas comienzan a salir llenándome de gran satisfacción. Entonces me mira con sus ojos llenos de odio y me apunta una vez más con la pistola. Dudo por medio segundo, pero al ver como sus manos tiemblan y le impiden mantener el control del arma, decido actuar sin perder tiempo.

Me dejo ir contra él, vuelve a dispar, pero esta vez la bala ni siquiera llega a tocar los bellos de mi piel. En cambio, logro arrebatar el arma de sus manos tras un leve forcejeo para lanzarla fuera de su alcance.

Saco mi cuchillo del cuello de la mujer haciendo que la sangre salpique alrededor. Marcos cae de la cama y gatea, tratando de alejarse de mí. Me dirijo hacia él sin prisa y evito que siga arrastrándose cual cucaracha con solo poner un pie en su espalda. Acto seguido me siento sobre él y coloco mi cuchillo en su cuello.

—Quiero oírte decirlo, Marcos.

—No podrás salirte con la tuya, Dominik, morirás antes de que mates a todos.

—Yo no diría eso, después de todo solo faltan tú y Fernando.

—¿¡Qué!?

—Así es, y hoy... tú te reunirás con tus antiguos amigos. Podrán maldecirme desde el infierno.

—¡Yo no hice nada!

—¡Te pusiste en contra de mi padre!

—¡No podía hacer nada!

Besos con sabor a muerte© (18+) ¡DISPONIBLE EN FÍSICO!Where stories live. Discover now