c a p í t u l o ( 59 ): El ultrasonido

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Capítulo 59: El ultrasonido

Cuarto mes y como todo los meses, sale del trabajo y espera en el auto fuera del edificio a Mikasa quien no tarda en salir y se sube. No tienen que saludarse, ya lo hacen todas las mañanas de una manera especial.

Levi la nota nerviosa cada vez que se recuesta en la camilla y aprieta su mano cada vez que lo hace en señal de que todo estará bien y tiene que ser fuerte.

—Oye, tranquila...

—Estoy tranquila... Es solo que no me gustan los hospitales, hay olor a muerto.

Levi es curioso y empieza a olfatear el ambiente.

—Meh.— Termina haciendo una mueca—. Olor a muerto y remedios.

Mikasa sonríe de lado y suspira. Levi decide distraerla, por más que diga que el ambiente en el que está la ponga nerviosa, sabe que la causa principal es por su hijo.

—De todas las personas que conozco, la última en la que pensé con la que tendría un hijo, eras tú.— Confesa mientras Mikasa, en vez de ofenderse, se ríe levemente.

—Lo sé, es extraño. Pensé que tu ibas a hacer el invitado de un invitado de mí boda. Probablemente de Hange. Te odiaba tanto que no quería ni verte el mejor día de mí vida.

—¿Quieres casarte?— Mikasa lo pensó.

—Me gustaría.— Terminó por contestar, pasando las manos por su vientre—. ¿A ti?

—¿Yo? No lo pensé por mucho tiempo. Pensaba que máximo te llegarias a casar con Jeager o Kirschtein.

—¡Eren es como mí hermano! Además que Jean es solo un amigo.— Parecía ofendida.

—Escuche chismes.

—¿Te interesaba mí vida?

—A veces es imposible ignorar a una persona tan ruidosa como Hange.

Mikasa se burla de él, pensando que su respuesta era una excusa barata para encubrir su interés por ella de a saber de cuanto tiempo, continua molestando a Levi hasta que llega la doctora encargada del ultrasonido.

Después del típico proceso que han pasado desde el primer mes, la doctora queda con ojos abiertos y sorprendida ante el monitor. Ambos Ackerman lo notan.

—¿Pasó algo?— Mikasa pregunta preocupada.

—Para nada, está todo perfecto... ¿Puedo hacerles una pregunta?— La pareja asiente.— ¿Algún pariente de ambos ha tenido mellizos?

Una hora después, salen los dos sorprendidos y con los sentimientos revueltos en sus estómagos, pero sobre todo, felices. Entran al auto y Mikasa sonríe como enamorada y Levi le responde con un beso en la frente.

Las compras se multiplican por dos.






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