c a p í t u l o ( 25 ): El accidente

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Capítulo 25: El accidente

Una semana después del trabajo con el jefe de la empresa, Levi llegó a la oficina de Hange y entró después de haber tocado la puerta. Nunca se esperó verla a ella allí adentro.

Se sorprendió al verla tan mal, tenía unas ojeras que se notaba a kilómetros y su rostro lucia mal aunque seguía siendo bello por las facciones de esté, ella estaba sentada en el sillón de la oficina mientras miraba el celular y se frotaba constantemente los ojos intentando reducir el sueño que sentía. No era normal de ella.

Le dio pena verla así, incluso podría decirse que se preocupó pero no lo demostró o hizo algo, no tenía tiempo ahora, así que después, sí ya no tenía tanto orgullo, iría a ver que le pasaba.

Agarró la carpeta con los documentos que Hange le permitió tener y se retiró, no la insultó ni le habló para no abrir camino a una discusión ya que sabía que ella no estaba en condiciones de pelear o siquiera hablarle a alguien. Una vez en su vida tiene que preocuparse por la salud y el bienestar de una de sus empleadas.

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Levi se quedó congelado frente a la puerta, ¿Debería entrar? ¿O importarle todo una mierda e irse a su casa? Siquiera sabía porque estaba preocupado por ella pero igual tocó, no tenía nada de malo y Mikasa no le mordería (o eso esperaba) si verificará su estado.

No recibió respuesta por lo cual lo llevó a tocar varias veces y más fuerte la puerta.

—¿¡Quién mierda e-—La voz de la azabache fue cortada y segundos después se escucho el fuerte e irritante sonido de un objeto de metal cayéndose. Levi no pudo contenerse a abrir la puerta y encontrarse a la chica en el suelo.

Mikasa estaba en el piso alfombrado, se había caído al intentar alcanzar algo que estaba en un lugar muy alto y al perder el equilibrio se cayo juntó con la mini-escalera de metal. Fue fácil de notar que se había quebrado el brazo derecho, la manera en la que la azabache lo agarraba y su rostro haciendo muecas de dolor la delataban.

TskChasqueo su lengua con irritación y fue hacía ella, cargándola al estilo princesa. A Mikasa no le dio tiempo a reaccionar y sin darse cuenta ya estaba siendo llevada por Levi a las afueras del edificio mientras rostros de empleados sorprendidos los seguían con la mirada. Un día conmemorativo para la empresa, quizás hagan una fiesta.

En unos minutos estuvieron en el estacionamiento y la dejó en el asiento del copiloto. Antes de cerrar la puerta, le advirtió:

—No quiero peros ni protestas o sino no me importará dejarte a mitad de camino con el brazo hecho mierda.—Seguido de eso, cerró la puerta y se dirigió al asiento del conductor y emprender viaje al hospital.

Mikasa estaba siendo atacada mentalmente por la simple pregunta de «¿Por qué hace esto?» y un sin fin de preguntas que jamás obtendrán respuesta.








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SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora