Capítulo 15

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Marc:Soy futbolista del Betis y, aunque de momento solo estoy en un equipo que pelea por entrar en Europa League, es posible que un equipo más grande se fije en mi.
No sabía de dónde había sacado Marc esa pasión suya por el fútbol pero a ella le daba algo de respeto pensar en ese tipo de cosas. Había que tener mucha dedicación  .

Ana:Vaya, me alegro mucho.
Marc lo agradeció con una media sonrisa y ambos se sumieron en uncómodo silencio.

Marc:He estado pensando —dijo por fin y Ana le miró, atenta a sus palabras.
Los ojos de Marc se perdían en el inconsciente movimiento de la cucharillaremover el café y Ana aprovechó para mirarle y notar los cambios evidentesque se habían adueñado de él. Su rostro se había endurecido y se le veía más
serio que antes—. Tengo que reconocer que no sabía cómo reaccionar cuando te viera otra vez y, para mi sorpresa, ha ido mejor de lo que me esperaba.

Ana:¿Y qué esperabas?

Marc:Bueno, conociendo nuestros antecedentes, esperaba algún que otrogrito o portazo —sonrió con diversión y sacudió la cabeza, como si se considerase un tonto por creer algo así—. Después de la cena en casa de Aleix y Laura, me he dado cuenta de que podemos comportarnos como dos personas normales.

Ana:¿Cómo personas normales…?

Marc:Sí, ya sabes, nada de gritos ni reproches. Podemos estar juntos en una misma habitación sin necesidad de todo eso.
Coincidía con él… Más o menos. La cena había salido bien, eso tenía que reconocerlo pero también era cierto que no habían tenido más oportunidadesde demostrar que tan personas normales eran capaces de comportarse. No habían tocado temas espinosos ni nada que les hiciese desenterrar el hacha deguerra.

Ana:¿A dónde quieres ir a parar con esto, Marc?

Marc:Creo que deberíamos empezar de cero. Hacer borrón y cuenta nueva —la boca de Ana se abrió por la sorpresa de esa propuesta y la cerró al ver que Marc tenía la intención de seguir hablando—. Han pasado cosas, cierto, pero también ha pasado mucho tiempo y no tiene sentido que saquemos los trapos sucios. Ambos somos adultos, maduros y…
Su mente había desconectado en el momento en el que Marc dijo dehacer borrón y cuenta nueva. Era imposible que, teniendo el pasado en común que tenían, pudiesen empezar de cero. Podrían intentar dejarlo de lado cada vez que coincidiesen en algún sitio pero de ahí a olvidarlo todo… no,eso no era posible. De una forma u otra, eso seguiría acompañándoles e
interponiéndose entre ellos. Ana no podía mirarle sin acordarse de esa última vez que hablaron, poniéndole punto y final a lo que sea que tuvieran en elinternado. Puede que no lo recordase con el mismo dolor o sintiese por él el mismo odio de antes, pero era un tema que seguía escociendo, por mucho que dijesen que el tiempo curaba. La cicatriz no desaparecía.

¿Ana?
Pensando que era Marc  quien la llamaba, parpadeó un par de veces para salir de sus cavilaciones y vio que Marc miraba a otra persona que no era ella, sino alguien que, plantado a su lado, había apoyado la mano en el respaldo de su silla. Ana siguió con la mirada el camino de ese brazo tan cerca de ella y sintió un nudo estrujarse en su estómago al encontrarse con los ojos de Didac. El aire escapó de golpe de sus pulmones, como si alguien le hubiese dado un mazazo y solo atinó a mirarle con estupor.

Ana:Didac —graznó con la voz estrangulada—. ¿Qué haces aquí?

Didac:Salgo de entrenar y he venidoaquí para tomar un café. ¡Qué alegría entrar y encontrarme contigo!
Didac desprendía entusiasmo a raudales y Ana era incapaz de seguirle el ritmo. Tragó con fuerza y sus ojos se desviaron a Marc, quien les miraba conel ceño fruncido. ¿Podría haber un momento más incómodo que ese? Ahí estaban, los dos hombres más importantes de su vida, uno al lado del otro, sin saber quién era el otro. Tuvo ganas de encogerse sobre sí misma y desaparecer.

Didac:No piensas darme un abrazo ni nada?
Aturdida, se levantó y apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Didac ya la había apretado con fuerza contra su pecho, rodeándole con sus brazos.
Ana cerró momentáneamente los ojos, dejándose envolver por los recuerdos
y las sensaciones que habían compartido y de las cuales ya no quedaba nada.
Ahora, solo podía sentir incomodidad. Con las manos en su pecho, le empujó
para separarle de ella.
Tenía que poner límites antes de que Didac creyera cosas que no eran.
De reojo vio a Marc sentado aún, pero su postura ya no era tan relajada como antes y parecía alerta. Ana no podía sentirse más mortificada por la situación. Nunca pensó que su ex prometido y el que fue su novio en el internado llegasen a conocerse más allá del mundo del futbol
Miró a Didac y sintió un cosquilleo en el estómago. Era muy atractivo a la
vista, con ese pelo  revuelto y esos ojos tan brillantes y llenos de humor sardónico. Su sonrisa ladina había convertido sus piernas en
gelatina y seguía haciéndolo. Tenía un encanto arrollador que le llevaban aganarse a la gente a los pocos minutos de conocerle. Ese aire desenfadado,con esa pizca de inocencia y picardía, habían conseguido que Ana se sintiese
tremendamente atraída por él en el pasado. Era imposible estar en su presencia y no notar que el mundo parecía un lugar mejor cuando él sonreía.
Era dos años mayor que ella pero cualquiera diría que había entrado ya en la treintena si tenía el mismo entusiasmo que un joven de veinte años.
Didac:Te he echado de menos —su susurró íntimo le hizo cerrar los ojos ytragar con fuerza. . Un carraspeo asu lado hizo que Didac reparase por primera vez en Marc, quien había
tensado su postura y parecía no saber qué pensar de la situación

Didac:Os conocéis? —preguntó con cierto tono receloso y Ana notó la mano con la que Didac la sujetaba por la muñeca, apretarse con más fuerza.

Ana:Marc un antiguo compañero de internado —intervino Ana antes de que Marc respondiese. No tenía ganas de un ataque de celos por parte de ese ex prometido que parecía no entender que ya no lo eran y se tomaba libertades que no debería—. Nos hemos encontrado y aquí estamos,poniéndonos al día.
Le advirtió a Marc que no la contradijese y por su expresión, parecía que le hubiera lanzado a la cara el peor de los insultos. No sabía cómo salir de aquella situación sin montar un escándalo.

Ana:Él es Didac… mi ex prometido.

Deseo (Marc Bartra)Where stories live. Discover now