Capitulo 5

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Marc Bartra tenía la vida que siempre deseó.
A sus 27 años, podía decirse que su éxito profesional lo precedía.Era futbolista en Real Betis Fc.
El ser futbolista no era un profesion para cualquiera , y él tenía la suerte de a ver cumplido el sueño de muchos chavales y sangre fria para resolver las situaciones dentro del campo.
Llevaba siendo profesional desde que debuto con el Fc Barcelona . Por aquella época, compartía piso con Aleix: su mejor amigo; y cuando este se casó, Marc alquiló su propio apartamento,en Alemania,ya que habia fichado por el Borussia Dormunt.
Tenía amigos con quienes salir a tomar una copa o cenar, y tampoco le
faltaba compañía femenina. Pecando de una excesiva confianza en sí mismo, reconocía que nunca tuvo problema en encontrar a una chica dispuesta a pasar un buen rato a su lado. Ninguna relación duró mucho. El compromiso no entraba en sus planes inmediatos, y ninguna lo tentó lo suficiente para planteárselo.
Su madre, Montse la persona más importante en su vida, no era como las demás madres. Ella no insistía para que se casara, sentase cabeza, aunque fuera la persona más serena y racional del mundo, y formase una familia.
Marc intuía que no estaba muy de acuerdo con el tipo de vida solitaria que llevaba, pero nunca le dijo nada. Lleno de curiosidad se lo preguntó una vez:

Montse:¿Qué importa que te diga «encuentra a una buena chica y cásate»? Si no has dado el paso aún, es porque ninguna de esas chicas es la adecuada,Marc. La encontrarás cuando llegue el momento.

Marc:Y cómo voy a saber quiénes la adecuada?
No pudo evitar preguntar, pese a tratarse de un tema incómodo para él, y no muy de su agrado.
Tenía a gente de confianza a su alrededor, pero ese tipo de temas, tan personales, prefería guardárselos para sí. No sabía si por cuestión de orgullo, pudor o vergüenza, pero no le gustaba airearlos.

Montse:Lo sabrás, cariño. Lo sabrás.
Aquella fue la respuesta de su madre, y lo hizo parecer tan sencillo que Marc, quien solía tener a veces la mala costumbre de rebatir cualquier idea ajena, se creyó esa a pies juntillas. Si había alguien que entendiera de personas adecuadas, era su madre. El amor por su padre había permanecido firme y entero con el paso de los años.
De pequeño, Marc los observaba con embeleso, y pensaba que hacían
muy buena pareja. Tenía los mejores padres del mundo.
Solo una vez creyó estar ante esa persona adecuada pero cortó cualquier posibilidad antes de nada. Fue la mejor decisión porque, a fin de cuentas, la persona adecuada resultó ser la más inadecuada. Y si se tenía en cuenta que no eran más que adolescentes, no se podía confiar mucho en la realidad de unos sentimientos que nacieron más de la atracción que del verdadero amor.
Hubiera sido una gran ironía, y una gran jugarreta del destino, que ella fuese la mujer de su vida.

Cristian:¿Vas a comerte eso, Marc?
Parpadeó, sorprendido, y un tanto aturdido miró a su alrededor. El ruido de los comensales de las mesas cercanas, con conversaciones que le llegaban en murmullos ininteligibles, le sirvió para volver a ser consciente de dónde y con quién estaba.Cristian, un amigo y compañero de equipo lo miraba esperanzado.Pasaba sus ojos marrones del trozo de pescado del plato de Marc,que este ni siquiera había tocado.
Muchas veces Marc envidiaba su falta de ambición, que lo llevaba a sentirse satisfecho con las cosas cotidianas que le pasaban cada día. Él era demasiado ambicioso, y siempre parecía necesitar un poco más para acabar de sentirse del todo satisfecho.
Marc negó con la cabeza, y se echó un poco hacia atrás para que Cristian
cogiera su trozo de pescado.

Loren:No deberías consentirle tanto,Marc. Estara rodando por el campo.
El gesto de Marc se endureció ante ese comentario tan poco apropiado.
Al mirar al frente se encontró con los fríos y burlones ojos de Loren Moron y de Mandi , sentado a su lado. Marc siempre los había considerado unos trepas de cuidado. Se les daba muy bien la técnica de lamer culos ajenos para conseguir escalar cada vez más arriba. Quitando ese defectillo, era fácil tratar con ellos, siempre y cuando no estuviesen en modo
imbécil como en esos momentos. Con el vino se les soltaba la lengua.

Marc:Pues aun si ,Cristian es mucho mejor que tu—fue su escueta respuesta y a continuación cogió su copa de vino. Lo sacaban de sus casillas a veces.
Los cuatro eran futbolista del Betis.Cristian jugaba de extremo y tenia una gran velocidad.Loren, por su parte, hace poco habia debutado con el primer equipo,tenia mucho gol
Y luego estaba Mandi: su máximo competidor. Su ambición podía equipararse a la de Marc, lo que
le obligaba a esforzarse más en su trabajo, haciéndose notar. Ambos se esforzaban por ser titulares

Mandi:Atención al monumento que acaba de entrar.
Marc hizo rodar los ojos, hastiado por su comentario. Tanto Loren como
Mandi, quien había hablado, parecían estar más salidos que el palo de una
plancha. A él también le gustaba admirar las curvas de una mujer, pero no con esa lascivia tan repugnante. No parecían distinguir entre el trozo de carneque tenían a medio comer en el plato, con la joven que acababa de entrar.
Marc ni siquiera se dignó a mirarla.

Loren:Pelo oscuro por debajo de los hombros. Traje negro, ajustado, y unos zapatos de vértigo. ¡Pedazo de cuerpo, tío!
Los dos siguieron haciéndole un escáner de arriba abajo a la chica, y Marc siguió cenando; comiéndose la guarnición de verduras que acompañaba su plato de pescado. O intentando que no se le atragantara. Sus compañeros no eran nada discretos a la hora de mostrar sus gustos por alguna cosa o persona en ese caso, y estaban empezando a llamar la atención de las mesas de alrededor.
A punto estuvo de darles una patada por debajo, pero pensó que no valía
la pena. Sacudió la cabeza, planteándose qué hacía saliendo con aquel par si apenas era capaz de soportarlos cuando se ponían en tal plan. Cristian hacía su aportación de vez en cuando, pero Marclo conocía demasiado bien para saber que era más por necesidad de sentirse parte de algo, que porque tuviera algo que decir.
Pronto perdieron interés en la chica, y cambiaron de tema con rapidez.
Marc siguió cenando con calma, y bebiendo vino de vez en cuando. Había desconectado de lo que hablaban, pero un nombre atrajo de repente su atención.

Cristian:Qué decíais?

Loren:Que escuché decir al mister el otro día que ya tenía el central decidio para enfrentae al sevilla . Van a esperar para hacerlo oficial —repitió Loren con tiento.
La titularidad era un tema que todos trataban con pies de plomo cuando
Marc y Mandi andaban cerca.

Cristian:Estoy seguro de que habrá escogido al mejor para el puesto —comentó Cristian con su habitual suavidad, pero nadie respondió al comentario, y volvió a su comida bajando la cabeza.
Marc alzó una ceja y hubo un cruce de miradas entre Mandi y él. Un enfrentamiento al que estabanan costumbrados desde que supieron que Amat iba a jugar en el medio campo y uno de los dos ocuparía su sitio como primer central. Puesto que Marc quería conseguir por encima de todo. No podía dejar pasar la oportunidad; estaba frente al momento por el cual llego al Betis y un lameculos como Mandi, por muy buen Futbolista que fuera, no iba a impedírselo. Era el mejor para el puesto tenía sentido negarlo, y estaba seguro de que su compañero lo sabía, y por eso le había cogido tanta tirria.
Había hecho una promesa y tenía que cumplirla. Se lo debía a él mismo,
por todo lo que había luchado y cuya recompensa creía merecer. Y también
se lo debía a su padre. Inspiraba confianza y estar a su lado motivaba a
cualquiera.
La cena terminó como venía siendo costumbre: los cuatro en un pub,
tomando unas copas y relajándose después de una dura jornada de entrenos La semana para Marc no acababa en viernes; muchos sábados tenía que ir a entrenar, pero siempre le apetecía salir un rato para despejarse.
Barcelona contaba con muchas zonas por donde salir de fiesta .
El pub al que solían ir, tenía un nombre demasiado vergonzoso para que Marc lo pronunciara; aun y así, la música y el ambiente eran agradables.
Nada ruidoso y permitía mantener una conversación sin tener que dejarse la voz para hacerse escuchar.
Nada más entrar,tanto Loren como Mandi fueron directos a la barra. Por
el camino erguían la cabeza como pavos reales, y buscaban una posible conquista. Cristian se quedó cerca de Marc; solían incomodarlo los sitios tan atestados de gente, y se notaba que se encontraba fuera de su ambiente. Lo sacaban de el campo de futbol, y toda su confianza se esfumaba pero aun si tenia una novia de diez y dos preciosas niñas.
Cristian era un romántico empedernido, y Marc no podía culparlo. Él no era la persona más romántica del mundo, pero entendía que no todos tenían la misma visión del amor y el romanticismo.
Ya con las copas en la mano buscaron un sitio donde sentarse, y lo hicieron en una esquina del pub provista de mesas redondas y bajas, y cómodos sillones.

Deseo (Marc Bartra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora