Veintidós.

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Pax dejó caer la mirada en la sábana oscura de la cama tras acabar con su relato

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Pax dejó caer la mirada en la sábana oscura de la cama tras acabar con su relato. Le había contado absolutamente todo. Desde la persona que asesinó con el trozo de vidrio hasta el momento en que leyó la solución, ahorrándose el detalle de las lágrimas derramadas en el silencio sepulcral de la biblioteca.

Bellamy había escuchado atentamente, sentado frente a ella también en la cama.

—¿Lo sabe mi hermana? —susurró Bellamy.

Nadie los había interrumpido, pero Pax había hablado bajo en caso de que Octavia fuera a escucharlos detrás de la puerta. Negó con la cabeza, incapaz de enfrentarlo. Era extraño, porque desde el momento en que se sentó para contarle la verdad, sintió cómo revivía cada escena de lo que había sucedido y, una vez más, sintió la conciencia sucia por haber asesinado a aquella persona. Sacudió la cabeza al sentir las lágrimas quemar detrás de sus ojos. Había creído que no quedaban más ganas de llorar.

—Ey... —murmuró Bellamy, tomando las manos de Pax entre las suyas e inclinándose hacia delante para que no le quedara más opción que mirarlo a los ojos—. Me salvaste —afirmó.

Pax sacudió la cabeza.

—Maté a una persona, Bellamy —repuso, luchando por mantener la voz baja cuando las lágrimas rodaron por sus mejillas.

—Fue en defensa propia —dijo, acercándose más a ella. Incluso el calor que emanaba su cuerpo era poco para la soledad que sentía al revivir el asesinato.

—Maté a alguien —repitió Pax, con su mirada baja—. Tengo que vivir con eso y... —Se mordió el labio inferior, sintiéndose desnuda, vulnerable—. Y luego te perderé a ti también —añadió, logrando enfrentarse con la mirada de Bellamy, quien pestañeó, sin poder creer lo que estaba escuchando.

Pax soltó sus manos. Tal vez había ido demasiado lejos en expresar sus sentimientos de tal manera. Avergonzada y fuera de lugar, llevó las manos a su rostro con la intención de borrar las lágrimas pero Bellamy las tomó de vuelta, tan inesperado que no logró ocultar su sorpresa.

—¿Recuerdas lo que te dije cuando te atacaron en la escuela? —preguntó—. ¿Cuando maté a esa persona?

Claro que lo recordaba, lo repetía cada dos segundos en su mente, aunque no lograba el efecto que esperaba.

—En estos tiempos, Pax —empezó, luchando por encontrar las palabras correctas—. Debemos luchar para sobrevivir —continuó—. Y, a veces, eso significa terminar con la vida de otro para que uno, y nuestros seres queridos, puedan vivir. —Sonrió, apoyando una mano en el cabello de Pax y enredando un mechón en su dedo... ¿Cómo era posible que un simple gesto la dejara sin aire? —. Si tuviera que hacerlo todo de vuelta, elegir entre tu vida o la del otro, lo haría sin dudarlo —concluyó.

Pax asintió, observándolo de hito a hito. Las palabras se clavaron en su mente, pero más intenso fue la forma en que la miraba y tocaba, el calor de su cuerpo y el tono de su voz, encontraba alivio en todo esto. Encontraba lo que no había tenido desde el momento en que se había quedado sin su madre, sin Moonie, sin todo lo que había conocido y vivido.

Vagary I || Bellamy BlakeTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon