Capítulo 46

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Maddison

—¡Maldita corbata miserable! —grita Aaron, abriendo la puerta de mi habitación.

—¡Oye! ¡Golpea la estúpida puerta! —me quejo, mientras termino de arreglar mi cabello.

Él rueda los ojos y bufa con enojo.
Trae la camisa blanca hecha un desastre, al igual que la corbata negra. Su pantalón y cabello están perfectamente arreglados y sus zapatos bien relucientes.

—¿Qué haces aquí? —cuestiono, prestándole atención.

—Ayúdame, ¿quieres? Esta maldita cosa es una porquería. —señala el nudo mal hecho sobre el cuello de su camisa.

—Pídele ayuda a mamá. —comienzo a buscar mis tacones negros, para que hagan juego con mi vestido azúl.

—Mamá está ayudando al inútil de Matt. —comenta.

—¿La tía Holly? —digo, dudosa.

En cuanto encuentro mis tacones, me los coloco.

—Está ocupada con el tema de la fiesta. —suspira. —¿Me ayudarás? —insiste.

—Ah, qué pesado eres. Ven aquí. —accedo.

Él se acerca y yo aprovecho para acomodar correctamente la corbata con calma.

Quizás se estén preguntando el motivo de tal elegancia y preparación. Bueno, el caso es que nuestra tía Holly organizó una especie de "cena" familiar, para celebrar antes de que sea Navidad. Raro, ¿no? Pero así es ella.
Es sábado, y aún faltan unos 4 días para ese día festivo.

—¿Camelia vendrá? —le pregunto, sin despegar mis ojos de la tela entre mis manos.

—Sí, por desgracia. —se queja. —Mamá la invitó a la descarada.

Me lo imaginaba.

—¿Quién más vendrá? —sigo.

—Pues, Taylor, Lilly, Amanda, la tía Holly, Dabria... —enumera. —También estará nuestra adorada y tierna prima... se escucha horrible, ¿no? Jamás me podré acostumbrar y decirle "prima" a Camelia. —se ríe y yo hago lo mismo.

—No nos queda de otra. —palmeo su pecho en cuanto termino con la corbata. —Listo.

—Gracias. —me besa la frente. —Oye, trata de llevar la fiesta en paz.

Yo tomo aire y lo expulso lentamente. Acomodo mi cabello lacio y asiento un poco dudosa.

—Estaré bien. —le aseguro. —Digo, ¿qué podría pasar? Todo estará bien.

—Esperemos que no se arme una guerra. —comenta riendo. —Porque si Camelia empieza a joder, sé que no vas a controlarte.

—Tienes razón, pero lo intentare. Es mejor llevar la fiesta en paz —murmuro.

—¿Y con Ethan las cosas van bien? —pregunta. —¿Tienen planes a futuro? —indaga.

—Pareces una vieja chismosa. —le reprocho riendo. —Deja de husmear en cosas ajenas. —le golpeo el brazo.

—¿Cómo que vieja chismosa? —suelta indignado. —Somos hermanos, ¿no? Específicamente mellizos. —puntualiza. —Solo me preocupo por mi otra mitad, ya ni eso valoras. —se cruza de brazos.

—Tu noviazgo con Lilly le volvió más dramático, ¿lo sabías?

—Y a ti el tuyo te volvió amargada y mala. —apunta con seriedad. —Si sigues así, en poco tiempo vas a contagiar a Ethan.

—Aaron, no me amargues la velada, ¿bien? —le pido.

—Tú no me amargues la velada a mí. —señala.

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