Capítulo 37

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Maddison

Dabria de había marchado.

El equipo de los chicos había perdido en el campeonato.

Mi corta relación con Ethan había terminado.

Mi expulsión estaba a dos días de ser dictada.

Mis padres estaban furiosos conmigo.

Y los únicos que me apoyaban eran Aaron, Taylor y casualmente la vecina Hastings.

Todo estaba como la mierda.

—Bueno... son cosas que pasan. A veces se gana, y otras se pierde. —mi madre intenta calmar a los chicos, quienes se encuentran abatidos en la sala.

Ya eran pasadas las 8 PM, y todos estábamos reunidos en la casa. El ambiente estaba tenso. Muy tenso.

Yo permanezco en un rincón, sin hablar. No quiero que se la agarren conmigo.
Es mejor permanecer al margen.

—¡Teníamos todo para ganar! —escupe Matt.

—Sí, pero no pasó. Qué lástima, chicos.—comenta Taylor a mi lado.

—¡Cállate! Tú aún estás en la mira. —gruñe él, sin mirarla. —Mi mente no estaba concentrada en el juego. ¡Y todo por su estupidez de la noche anterior! —nos acusa.

Sabía que era cuestión de segundos para que nos lanzaran con piedras. Era obvio que nos iba a culpar de su derrota.

—Los temas personales deben quedarse fuera de la cancha, y lo sabes. —hablo. —Además, tú no estás involucrado en lo que sucedió con Camelia.

—¡Eso no tiene nada que ver! ¡Mi hermana y... su amiga, cometieron un gravísimo error en contra de una persona! ¡Es obvio que iba a estar preocupado! —exclama, poniéndose de pie y lanzando su casco a un lado. —¿Aún no se dan cuenta de las cosas? ¿Cómo es que pueden estar tan tranquilas?

—¿¡Crees que estoy tranquila por el hecho de no estar llorando por los rincones!?—estallo. —¡Lamento no haber inundado la sala con mis lágrimas! —inquiero con enojo.

—¡Y todavía tienes el descaro de ser sarcástica! —dice Matt. —¿Eres consciente de que el lunes la directora te va a expulsar definitivamente? —me recuerda.—¿Qué harás cuando eso suceda? —se cruza de brazos, esperando una respuesta de mi parte.

Sí, era totalmente consciente de que eso iba a suceder. Lo tenía muy claro. Pero, ¿qué se suponía que hiciera? ¿Llorar? ¿Para qué? Si lo hecho, hecho estaba. No ganaba nada con llorar.

—Ahora no dices nada. Lo supuse. —sentencia él.

—Hablé con Camelia. —salta Ethan. —Ella... me dijo que hablará con la directora para que Maddison no sea expulsada. —informa.

Taylor frunce su ceño y me observa, como si no pudiese creer lo que acababa de oír.

—No. —digo. —Prefiero la expulsión. —aclaro. —Aceptar eso es como hacer un pacto con el diablo.

—No es momento para tonterías. —señala mi madre. —Si Camelia quiere hablar con la directora, que lo haga. Te salvará de ser expulsada.

—Es justamente lo que no quiero. No quiero nada que venga de esa víbora, ¿lo entiendes? —gruño. —Que no se venga a hacer la heroína porque es un papel que definitivamente no le queda.

—No aprecias nada. —murmura Ethan.

—¿Disculpa? No te metas en asuntos personales, porque anoche me dejaste muy claras la cosas.

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