Capítulo 4

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Maddison

Mis ojos se abren de golpe al oír un ruido extraño, proveniente del exterior de mi habitación. Seguramente del pasillo.

Me quito las sábanas de encima y me paso ambas manos por todo mi rostro y cabello. Me pongo de pie y camino con rapidez hacia la puerta de la habitación y la abro de golpe.

Frunzo el ceño al ver a Chase levantarse del suelo, mientras que junta su toalla o demás pertenencias.

—¿Qué estás haciendo? —le pregunto sin soltar el picaporte de mi puerta.

—Intentaba ir al baño de abajo, ya que se rompió un caño en mi baño y no me puedo duchar allí. —me explica. —Y sin querer, pisé la toalla y me caí.—me dice con su rostro somnoliento.

—Oh... —es lo único que logro responder.

—Lamento haberte despertado. —se disculpa y, en ese momento, la puerta de la habitación de al lado, a mi derecha, se abre y se asoma Ethan.

Yo elevo ambas cejas al apteciar su torso al descubierto, el cual está bien trabajado.

Él se da cuenta que lo estoy mirando más de la cuenta y carraspea para que salga de mi trance.

—Escuché un ruido, ¿todo bien? —pregunta con su voz un poco más ronca.

Su cabello está despeinado y su rostro totalmente cansado. Pobre... Tendrá que acostumbrarse al desorden y caos aquí.

—Sí, todo está bien. —responde Chase. —Lamento haberlos despertado a ambos. —se disculpa—Nos vemos en un rato. —sale rápidamente de nuestra vista y se pierde en las escaleras.

Yo observo a Ethan y suspiro.

—No sabía que estarías en la habitación de al lado. —le digo confundida.

—Sí...Tú madre me dijo que me quedara en esta habitación. Ya que todos ustedes se encuentran aquí arriba. —yo asiento dándole la razón.

Aquí, en el segundo piso, hay un largo y ancho pasillo, donde se encuentran las 5 habitaciones; dos de un lado, las cuales son la de Ethan y la mía. Y tres habitaciones más, frente a las nuestras, las cuales corresponden a mis hermanos.
Y, bueno, en la primera planta se encuentra la habitación de mis padres.

—De acuerdo. ¿Dormiste bien? —le pregunto recostando mi cuerpo en el marco de la puerta.

—Sí. Ya recuperé toda mi energía. —dice sonriendo y bosteza.

La puerta de la habitación de Aaron se abre y ruedo los ojos al verlo vistiendo nada más que un boxer negro. Es tan común verlo en ropa interior.
Lleva un silbato en su boca, una peluca rosa flúor, un poco larga, y una maraca en su mano.

Al vernos, se queda de pie en el pasillo y nos observa.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le cuestiono observando su apariencia.

—Los iba a despertar. —dice elevando sus hombros.

Ethan se ríe al ver a mi hermano.

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