Capítulo 38

6.8K 448 96
                                    

Maddison


Abro mis ojos y siento un fuerte zumbido en mi cabeza.
Miro a mi alrededor, con los ojos entreabiertos y frunzo el ceño.

¿Dónde mierda estoy? Esta no es mi habitación, y tampoco la de Taylor.

Me reincorporo y quito las sábanas de mi cuerpo. ¡¿Por qué llevo una maldita camisa puesta?! ¡Una camisa de hombre!

Salto de la cama, con pánico, y termino en el suelo.

¡Ay, no! ¿Qué pasó?

Levanto la camisa y compruebo que llevo el short puesto, y mi sostén también.

Observo toda la habitación desconocida y todo es un desorden: ropa por todas partes, la cama totalmente desarreglada, cojines por doquier... No hay nadie más.

¿Dónde está Taylor?

Busco mi móvil por toda la cama, hasta debajo de ella, pero no lo encuentro.

—Lo olvidé en casa. Genial, Maddison. Eres una idiota. —me regaño.

Muerdo mis uñas con nerviosismo y comienzo a avanzar por toda la habitación.
No recuerdo nada de la noche anterior.

—Maddison... ¿Qué hiciste? —murmuro, despeinando mi cabello, con frustración.

Me acerco a la puerta que hay en el fondo de la habitación y la abro de golpe.

Ahogo un grito de sorpresa al ver a mi amiga dentro de la bañera, durmiendo.
Me acerco a ella con rapidez, y golpeo su mejilla suavemente para que despierte.

—Taylor... despierta. —la muevo un poco.—¡Taylor!

—¿¡Qué pasó!? ¿Dónde estoy? No robé nada. Soy inocente, oficial. —balbucea mientras abre los ojos de golpe.

—¡Taylor! —exclamo de nuevo.

Ella mira a su alrededor, y luego frunce el ceño, algo aturdida.

—¿Qué hago en una bañera? ¡Ay, me duele el cuello! —se queja, mientras hace una mueca de dolor.

Yo la ayudo a salir de allí y ella estira sus brazos y piernas.

—¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? ¿Por qué mi vestido está todo sucio? ¿Traes puesta una camisa? —señala.

Salimos del baño y nos quedamos en la habitación. Mi mente estaba bloqueada.

—Tenemos que irnos. No sé dónde estamos. —hablo, y comienzo a buscar mis cosas. Encuentro mi cartera y busco alguna pastilla de menta o goma de mascar para quitarme el mal aliento mañanero. —¿Quieres? —le ofrezco una.

—Ay, sí. Gracias. ¿Hicimos algo indecente? Porque no lo recuerdo. ¿Y si nos han secuestrado? ¿Qué hacemos aquí? —chilla.—¿Qué hora es?

Yo encuentro mi top, así que me quito la camisa y me visto con rapidez.

—Lo último que recuerdo es que llegamos al club, y hablamos con Ryan durante un largo rato. —comento, mientras recojo mi cabello en una coleta alta.

—Luego bailamos y bebimos algo de alcohol. —prosigue.

—Y ahí se esfumó todo recuerdo existente en mi mente. —digo.

Oímos unos ruidos provenientes del otro lado de la puerta y una alarma se enciende en mi cabeza.

Una alarma de peligro.

Taylor toma un bate de béisbol que se encontraba en el rincón de la habitación, junto a la puerta, y lo alza a la altura de su cabeza.
Yo aprovecho para tomar la lámpara y me acerco a la puerta de la habitación.

New Player ©Where stories live. Discover now