T1 | Capítulo 21

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Yoon Gi llevaba alrededor de cinco minutos riendo mientras que yo solo quería que me tragara la tierra por la vergüenza, y es que este chico algún día haría que perdiera la cabeza.

¿A qué se debía esto?

A mi rotunda expresión de decepción.

Nos encontrábamos de vuelta en su habitación. El pelirrubio secaba su cabello con una toalla blanca dándome la espalda, ya estaba vestido, usaba unos jeans rasgados en las rodillas, y para variar, una camiseta blanca holgada que dejaba a la vista sus clavículas, en cuando a mí, estaba sentada en el borde de la cama con los brazos cruzados y las mejillas sonrojadas.

Burlesco, se giró hacia mí, su sonrisa no daba tregua, realmente estaba disfrutando de ese momento. Lanzó la toalla húmeda hacia mi rostro para llamar mi atención, a lo que solo pude responderle con una mirada de pocos amigos.

— ¿Vas a decirme en qué estabas pensando? —Ahí estaba de nuevo esa sonrisa burlesca donde me enseñaba sus encías. De no ser porque estaba molesta y avergonzada, estaría derritiéndome de solo verlo con esa actitud juguetona.

— Ya te dije que no. —Gruñí soltando un suspiro. Realmente no podía creer que hubiera dejado vagar mi mente ante las palabras "quédate conmigo esta noche"

— Tuvo que haber sido muy bueno para que te decepcionarás tanto cuando te dije que quería que saliéramos. —Soltó acercándose a la cama deteniéndose justo delante de mí. — Abril... ¿Qué cosas pervertidas se te cruzaron por la cabeza?

— ¡Ya te dije que nada! No estoy decepcionada ni mucho menos pensé en cosas pervertidas. ¿Quieres parar antes de que decida irme sola? —Mi frustración solo hizo que se riera aún más. Incluso cuando intentó tomarme de los brazos, le divirtió el hecho que me zafara con brusquedad.

— Es que me sorprende tu nivel de pervertida, puedo apostar que tienes esa mente más sucia que la de Nam Joon. ¿Quién lo diría? Te vez tan pequeña e inocente... Cuando eres tremenda. —Me acusó inclinándose hacia delante para que su rostro estuviera a la misma altura que el mío, y ante esa acción no tuve más remedio que reaccionar. Volví a suspirar colocando las manos ahora sobre la cama dispuesta a enfrentarlo, pero como siempre, a él se le ocurrían algunas cosas para dejarme sin habla. — De no ser porque te detuve hace unos minutos en el baño, seguramente ya estaríamos desnudos en la cama. —Sus ojos brillaron y la sangre se me subió al rostro... ¿Cómo podía...? — Hasta mi bata terminó en el suelo.

— ¡No digas nada más! Ya es suficientemente vergonzoso. —Hice un ademán de levantarme, estaba segura de que no podría soportar sus bromas por más tiempo.

Coloqué una mano en su brazo para apartarlo y poder largarme de ahí, pero al parecer Yoon Gi no tenía ni la más mínima intención de dejarme ir, pues cuando quise empujarlo a un lado, rápidamente me rompo por las muñecas, y aprovechando el espacio que tenía entre mis piernas se inclinó hacia delante para que mi espalda cayera sobre el colchón. Un apenas audible gemido se me escapó ante la sorpresa de tenerlo sobre mi cuerpo, con esa sonrisa seductora en sus labios y esa mirada felina que dejaba mucho que desear. Me tensé y contuve la respiración cuando sutilmente acarició su nariz contra la mía... Este chico tenía mi corazón latiendo a mil por hora, y eso que apenas me había tocado.

— ¿Qué estás haciendo? ¿Acaso no dijiste que querías salir?

— Lo dije, y aun quiero que salgamos. Es solo que me diste muchas razones para burlarme de ti. Déjame disfrutarlo un poco más. —Susurró antes de besarme, de lo que me fue imposible negarme. Esos labios delgados, suaves y expertos, que ahora mismo me hacían ver las estrellas.

Cuando el beso se iba convirtiendo en demandante, fue él mismo quien se dispuso a detenerlo, más no se alejó ni mucho menos, en cambio, sus labios descendieron lentamente por mi mandíbula, dejando pequeños besos y suaves mordidas a su paso. Continuó bajando por mi cuello, entreteniéndose con el hueco de la clavícula mientras yo sentía que estaba perdiendo la cordura. Incluso cerré los ojos y mordí mi labio inferior para disimular la sonrisa que se dibujaba en estos.

Somos una mentira | Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora