T1 | Capítulo 11

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Cerré la puerta de la entrada de mi apartamento de un portazo haciendo que los cristales de las ventanas temblaran. Arrojé mi bolso sobre el pequeño sofá de cuero para luego dejarme caer sobre piso de madera, obligándome a cerrar mis ojos para calmarme. No entendía por qué me sentía tan molesta por una tontería como esa ¿En qué estaba pensando? Me sentía avergonzada también, le había una escena de... ¡Celos! Sí, eso era lo que había hecho, una ridícula escena de celos inexplicables. ¿Qué estaría pensando Yoon Gi en este momento? Tal vez... Que me gustaba. ¡Estaba perdida!

El teléfono en mi bolsillo trasero vibró un par de veces. No quería mirar de quien se trataba, no quería hablar con nadie en ese momento hasta que mi enojo pasará, entonces lo recordé: la salida con Jin. Rápidamente me levanté de un salto y me apresuré a sacar el teléfono de mi bolsillo.


Jin:

¿Dónde estás? Te he buscado por todas partes.

¿Lo olvidaste?

Jin:

Ah... Yoon Gi me dijo que regresaste a casa. 

¿Estás bien? ¿Estás enferma?

Jin:

Si es así, descansa... Podemos salir otro día.

Abril: 

Estoy bien, solo tenía unas cosas que hacer. 

No te preocupes... Te veré más tarde.


Revisé el resto de la bandeja de entrada de mi chat, y me sorprendió descubrir varios mensajes de la persona que menos esperaba en ese momento.


Cavernícola: (Yoon Gi)

Esto ya me está molestando 

¿Siempre huyes cuando estás molesta?

¿Qué está pasando?

Cavernícola: (Yoon Gi)

Ahora no me puedo concentrar. Al menos...

Dime si llegaste bien a casa... ¡Abril!

Cavernícola: (Yoon Gi)

¿Por qué Jin te está buscando como loco?

Mierda... Respóndeme.

Cavernícola: (Yoon Gi) 

Sé que estás leyendo mis malditos mensajes.

¡Respóndeme!

Cavernícola: (Yoon Gi)

Muy bien, si así quieres jugar.

Haz lo que quieras, maldición... No me importa.


No le respondí, y bueno, tenía que reconocer que era la primera vez que Yoon Gi me enviaba tantos mensajes con más de unas simples cinco palabras. Claramente estaba molesto, al menos ya sabía qué hacer para que el chico se dignara a enviarme un mensaje. Así que me sentí como una estúpida cuando una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios, seguramente ya había perdido la cabeza.

Somos una mentira | Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora