T1 | Capítulo 6

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El silencio de aquella fría noche fue interrumpido por el sonido de los neumáticos del auto de Jin al detenerse frente al pequeño edificio de apartamentos estudiantiles en donde actualmente vivía. A pesar de que me había negado varias veces, Jin no aceptó un no como respuesta cuando se ofreció a llevarme a casa.

Ninguno de los dos musitó alguna palabra en todo el transcurso del viaje, que por alguna razón, aquel silencio no fue incómodo, de tratarse de otra persona seguramente lo sería. Tenía mis piernas sobre el asiento abrazadas sobre mi pecho mientras que mi cabeza descansaba contra el cristal de la ventana. Mantuve mis ojos cerrados hasta que el auto se detuvo, tenía miedo de que se encontraran hinchados después de haber llorado.

Si, había llorado. Y ahora que recobraba los sentidos me sentía avergonzada de aquella escena que había hecho. No entendía mis propias emociones, no era tan sensible como para haber llorado por lo que había sucedido ¿Entonces por qué? Esto comenzaba a superarme hasta el punto de hacerme dudar... Yoon Gi era más peligroso de lo que imaginaba.

Podía sentir la mirada de Jin sobre mí. ¿Qué debía decirle? ¿Debía simplemente abrir la puerta y escapar? No, no podía hacerle eso a él, no después de que haberme consolado y hasta llevarme de regreso a casa. Fue en ese momento en el que giré mi rostro hacia él y ahí estaba... Esa bonita sonrisa dibujada en sus labios. No merecía tanta bondad...

— Gracias por traerme... —Murmuré limpiando cualquier rastro de lágrimas que pudiera haber quedado sobre mis mejillas. — ¿Deberías disculparme por ser una molestia? —Pregunté en voz baja intentando mejorar el ambiente entre ambos. Él solo negó con la cabeza.

— ¿Debería disculparme por Yoon Gi? —Comentó, lo cual me sorprendió haciendo que negara con ambas manos. — Supongo que no me dirás lo que sucedió pero tienes que saber que nada de eso puede justificar la manera en la que te trató. —Sus palabras me reconfortaron.

— Por cómo me gritó, dudo que quiera que alguien más lo sepa, lo siento... —Respondí lamentando el no poder darle lo que esperaba: una explicación. — No te preocupes mucho, las cosas no se quedarán así... ¿Debería golpearlo? —Agregué golpeando mi mano contra mi pecho haciendo que Jin riera— ¡Ah, ya sé! Mañana cuando me pida café le pondré sal en vez de azúcar, así cuando lo beba. Lo escupirá sobre su amado piano y lo arruinará... —Mis intentos de venganza hicieron reír aún más a mi acompañante, y era imposible que yo no riera... Es decir, la risa de Jin era realmente contagiosa.

— Muy bien, haz eso... —Me aprobó.

De pronto, abrió la puerta para bajarse del auto. Extrañada, lo seguí con la mirada hasta que se detuvo junto a mi puerta para abrirla también. El frío de la noche golpeó contra mi menudo cuerpo, haciendo que se me erizara la piel.

— Puedo irme un poco más tranquilo ahora que has sonreído. Ya no llores más... Trataré de hablar con Yoon Gi. —Susurró al tiempo que permitió que me bajara del auto.

— No lo hagas... Ya me encargaré de eso mañana. —Admití sintiendo un leve calor en mi rostro.

— ¿Estás segura? —Yo asentí — Muy bien... Hace frío, entra ahora. Quiero que descanses, no pienses más en lo que pasó. Te prometo que las cosas se van a arreglar. ¿De acuerdo?

Yo volví a asentir con la cabeza, esto era demasiado. Aun así, me sentía completamente agradecida después de todo lo que había hecho por mí así que me atreví a hacer algo que no me imaginaba. Me puse de puntas de pies sujetándome de sus hombros para no caer, al tiempo que dejaba un suave beso sobre su mejilla... Por ahora, solo con eso podía agradecerle.

— ¿Abril? ¿Jin? —Una voz conocida llamó la atención de ambos justo antes de que Jin dijera algo. De pronto, las orejas de él se pusieron rojas cuando el rostro de Ha Neul estuvo a la vista de ambos.

Somos una mentira | Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora