T1 | Capítulo 15

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El silencio se había convertido en una completa tortura.

Después de aquella tentadora amenaza, mantener la boca cerrada había sido todo un reto. No tenía sueño y el contacto de sus labios sobre la piel desnuda de mi cuello comenzaba a arder. Según lo que yo creía, Yoon Gi dormía tranquilamente, o eso era lo que me daba a entender sus profundas respiraciones.

Permanecía inmóvil, como una estatua. Él era todo lo contrario a mí cuando dormía, solía dar vueltas en la cama, arrojar las almohadas al suelo, incluso balbuceaba entre sueños, y ahí estaba él, de la misma forma en la que había estado antes de cerrar sus ojos, con sus piernas entre las mías, su brazo izquierdo alrededor de mi cintura y su rostro escondido contra mi cuello. Era peor de lo que había imaginado, en ese momento, solo quería golpearlo. ¿Cómo podía ser tan fácil para él dormir en un momento como ese? Él tan tranquilo y yo con los nervios de punta.

¿En qué estaba pensando cuando accedí a quedarme? ¡Tonta!

Podía aún sentir el sabor de sus labios sobre los míos, y qué decir sobre los fuegos artificiales que había provocado en mi estómago ante el primer contacto. Era una completa masoquista, y si no hacía algo al respecto en ese momento, sería mi perdición. Así que con un gran esfuerzo me removí entre sus brazos intentando librarme de su agarre, logrando que solo apartará su rostro de mi cuello, dejando a la vista sus perfectas facciones.

Aunque no se me era permitido, detallé cada centímetro de su rostro. Secretamente adoraba verlo dormir. Su rostro se veía tan relajado y a gusto, a diferencia de esa expresión de indiferencia que llevaba todo el tiempo. Su cabello rubio platino caía alborotadamente sobre su frente, dejando un poco a la vista. Su nariz, recta y pequeña me provocaba un inmenso impulso de besarla. ¡Calma, Abril! La pequeña línea formada con sus ojos, sus cejas gruesas, pómulos altos, y labios delgados...

¡Maldición! Estaba pensando de nuevo en el beso.

Tal vez si solo me deshacía de su abrazo, podría escapar de ahí cuanto antes sin ser descubierta por alguien más, porque estaba segura de que Nam Joon era demasiado inteligente como para deducir el porqué de mis zapatillas en la habitación del ermitaño de Yoon Gi, solo un tonto no pensaría que algo más estaba sucediendo en el interior, cosa que era cierto.

Aspiré profundamente cargada de frustración y casi al instante me arrepentí pues ese característico olor a jabón que emanaba su cuerpo me invadió. Estupido, Min Yoon Gi y su capacidad de hacerme perder la razón por un segundo haciendo que me olvidara de todo.

Con el mayor cuidado de no despertarlo, con mis piernas aparté las suyas y con mi mano, tomé de él que descansaba sobre mi cintura para dejarla a un costado sin despertarlo, había sido demasiado fácil como para creérmelo, pero así era, el gran Min Suga seguía durmiendo...

Ingenuamente, eso creí.

Pues cuando hice un ademán de levantarme de la cama, sus brazos volvieron a apoderarse de mi cintura, haciendo que mi cuerpo se chocará nuevamente contra el colchón, volviendo a estar tan cerca suyo como para hacer que me arrepintiera. Mi respiración se aceleró en cuestión de segundos mientras estudié su rostro, notando como lentamente sus ojos se abrieron, regalándome una mirada amenazante y felina. Mi cuerpo tembló, ahí estaba de nuevo ese semblante suyo lleno de indiferencia y molestia. ¿Cómo se supone que sabría en qué estaba pensando? Sus ojos y sus expresiones jamás mostraban nada.

—Dijiste que te quedarías. —Su voz era ronca y extrañamente sexy.

— ¿Por qué haces esto? —Él solo me miró. —Dime.

— Olvidalo, solo quiero dormir. —Murmuró volviendo a cerrar sus ojos, acomodando nuevamente sus piernas entre las mías. Él era frustrante.

— Si no me dices el por qué estás haciendo esto, me iré. —Intenté sonar amenazante, pero tanto como mi semblante aniñado y el tono de mi voz no ayudaron en absoluto.

Somos una mentira | Min Yoon GiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora